LA ILUSIÓN

Estas navidades son las que he vivido con más ilusión desde que tengo memoria. No han sido especialmente felices con los bisabuelos alternándose en el hospital, con Alma de Suegri maldiciendo por las esquinas por todo lo que ha tenido que trabajar en casa de su suegra, con la total ausencia de ese abuelo que nunca ha querido serlo… pero pasase lo que pasase la sonrisa de Pichí, el brillo de sus ojos y la ilusión de esta niña de dos años han rodeado cada momento haciendo que me hayan parecido las más especiales de mi vida.

Y es que, este año, Pichí se ha enterado de todo. Ha pedido cosas a Papá Noel, se ha comido las uvas (tolón-uva, tolón “ota” uva decía), ha bailado, ha cantado, ha jugado con los primos y con sus tíos de Alemania, ha visto la Cabalgata de los Reyes Magos sin perderse ni una de las carrozas y ha preparado la leche para los Reyes y el agua para los camellos.

Y es que, para mí, es cierto eso de que con niños la Navidad se vive de otra manera. Mira que a mí ya me emociona el tema de las luces, la calle, la gente y los regalos pero con Pichí este año participando en todo han sido las mejores… hasta el momento.

Porque además de toooda esa ilusión que nos ha contagiado Pichí, Alma de Papi y yo tenemos otra nueva ilusión… pequeñita… de 13 semanas… ¡estamos embarazados!

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«El nuevo». 13 semanas

Ays, después del aborto bioquímico, de los miedos, de la incertidumbre… ¡por fin! Ya os contaré poquito a poco porque ha sido una montaña rusa, mucho miedo e incredulidad al principio, os explicaré por qué no tengo mi test de embarazo para el recuerdo como tengo el de Pichí, la vista a urgencias, los médicos taaaan simpáticos con toda la ironía del mundo, las reacciones de los familiares, la lactancia de Pichí estando embarazada, … ¡y tantas cosas que quedan por venir!

¿Os quedáis a compartirlo con nosotros? ¿Qué tal vuestras navidades?

EN PACK DE TRES

Hace tiempo, allá por la segunda entrada de este blog, comenté lo poco comprendidos que nos sentíamos por parte de algunos de nuestros amigos sin hijos en esto del ocio y los planes. También comenté que, en nuestra familia, somos de hacerlo todo juntos, incluido ir a un tanatorio, por ejemplo.

Pues bien, si juntamos estos dos hechos nos da la situación que vivimos la semana pasada. Procedo:
Después de un mes intentando quedar con nuestros amigos para hacer una cena de Navidad, (que no iba a ser cena sino comida porque nosotros con una niña que se acuesta a las 10 y media de la noche poca cena íbamos a poder hacer), hubo un problema en la fecha que podíamos todos y hubo que aplazarlo. Hablando por whatsapp (o como leches se escriba) de una nueva fecha la conversación fue algo así:
AMIGO A: tenemos que quedar este fin de y no dejar pasar más la cena de Navidad que si no se junta con la dieta post Navidad.
AMIGA B: este fin de no puedo comida.
ALMA DE MAMI: pues no pasa nada, lo dejamos para la semana que viene, que a nosotros la cena nos viene fatal con la niña (décima vez que lo comentamos, por cierto).
AMIGO A: (tal cual lo dijo lo he transcrito) Pero si a la niña la tenéis ya criada. Si no duerme no pasa nada y sino en el carrito. También tenéis a los abuelos al lado que son un recurso y seguro que la madre de Alma de Papi estará encantada.

¿¿PEERDOONAAAA???? No lo he metido en esta sección porque quiero hacer una reflexión más allá de la mera anécdota pero la cara que le puse al teléfono móvil fue esa que ya todos conocéis.

Entiendo que la gente que no tiene hijos no entienda que cuando los tienes tu vida cambia por completo y te organizas en función de los horarios del niño. Entiendo que haya gente que aún siendo padre o madre decida que prefiere que sus hijos se amolden a sus horarios en vez de ellos a los de sus hijos. Entiendo que pueda parecer cuadriculado no querer quedar a las 9 y media de la noche pero tengo mis razones. LO QUE NO ENTIENDO es que no se me respete y que alguien que no sabe de lo que habla se atreva a hacerme comentarios de este tipo.

Nosotros somos un pack de tres. Nos gusta hacerlo todo en familia y, a no ser que Pichí quiera o sea una causa de fuerza mayor no voy a dejar a día de hoy a mi hija con nadie que no seamos sus padres para ir al cine o quedar con amigos. Lo siento. Me gusta pasar tiempo con ella y con Alma de Papi, los tres juntos, ver a Pichí con gente, que descubra el mundo… y lo que me pide el cuerpo es estar con ella, no dejarla con los abuelos a la primera de cambio. Así que tú, amigo sin hijos que no sólo no entiendes, sino que además no respetas, cuando necesite tus consejos te los pediré. Mientras tanto dedícate a otra cosa.

¿Os habéis topado con algún amigo sin hijos que no entiende vuestra maternidad? ¿Sois de ir en pack a todos lados o mas independientes?

DE CÓMO HEMOS PASADO LAS FIESTAS

El resumen es FENOMENAL.

Empezamos yéndonos al pueblo, a casa de los abuelos de Alma de Papi, un lugar perdido de León en el que apenas hay cobertura y huele a chimenea. Un placer, vamos.

Los miedos los de siempre; el descontrol de horarios, que nos peguemos virus unos a otros, estar toda la familia junta y que al final salten chispas… Hubo de todo, la verdad.

La pobre Pichí se ha pasado tooooodas las vacaciones malita (cuando digo tooooodas es toooodas, estuvo tres días bien y luego otra vez tos, mocos y antibióticos al canto). Da la sensación de que no remontamos desde la maldita vacuna de los 12 meses aunque parece que ya, poquito a poco, va mejor.
Esto hacía que no pudiese respirar bien tumbada, así que tuvimos un par de noches de película de terror y el resto de los días le dio por madrugar a las 8 y media de la mañana. Menos mal que va recuperando poco a poco su horario.
El descontrol de horas, sobre todo de Nochebuena y Nochevieja me daba mucho miedo. No sabía si se dormiría o no y si luego se desvelaría con los ruidos, los cambios de casa etc, etc. (o que recuperase su esencia trasnochadora como tenía antes del bendito cambio de hora). Al final nada de eso. Estuvo jugando con los primos pequeños aguantando como una campeona y de buen humor y a las 12 o la 1 le decíamos “vamos a dormir” y allá que se venía a tomar su teta y, obviamente cayó rendida. Un diez.

En estos quince días además ha habido gente que la ha visto al principio de las fiestas y luego al final y coinciden en que ha cambiado un montón. Se pega sus paseos solita, sin agarrarse a nada de un lado a otro, está empezando a vocalizar de manera intencionada (dice ta para teta, aaatá para agua y lo que más claro dice y que acompaña señalando con el dedito tieso es “pa-pa”). En cuanto a la comprensión ha avanzado muchísimo. Nos dice que sí y que no con la cabeza entendiendo claramente lo que le decimos, y eso implica que han empezado las primera rabietas cuando no consigue lo que quiere. Me acuerdo mucho de otra mami bloguera (que no recuerdo ahora mismo quién era, mil perdones) que hablaba de que su nene tiraba la cabeza para atrás cuando se enfadaba y que a ella le daba miedo por si se hacía daño. Es la misma técnica que ha desarrollado Pichí (que yo me pregunto en qué momento nos ha visto a su padre o a mí hacer eso cuando nos enfadamos jajaja porque si no, ¿de dónde lo sacan?). Tiene carácter la niña pero, de momento, con paciencia, muchos mimos e intentando distraerla con canciones lo podemos manejar.

Hemos echado de menos a algunos que no han querido estar presentes (sí, hay abuelos que no quieren serlo), pero en general nos hemos sentido queridos y arropados por nuestra gran familia que, desde hace 14 meses, es también la de Pichí.

Ays, mañana vuelvo a trabajar mi ratito con sabor a turrón aún en la boca. Y vosotr@s, ¿qué tal habéis pasado las fiestas?