EN PACK DE TRES

Hace tiempo, allá por la segunda entrada de este blog, comenté lo poco comprendidos que nos sentíamos por parte de algunos de nuestros amigos sin hijos en esto del ocio y los planes. También comenté que, en nuestra familia, somos de hacerlo todo juntos, incluido ir a un tanatorio, por ejemplo.

Pues bien, si juntamos estos dos hechos nos da la situación que vivimos la semana pasada. Procedo:
Después de un mes intentando quedar con nuestros amigos para hacer una cena de Navidad, (que no iba a ser cena sino comida porque nosotros con una niña que se acuesta a las 10 y media de la noche poca cena íbamos a poder hacer), hubo un problema en la fecha que podíamos todos y hubo que aplazarlo. Hablando por whatsapp (o como leches se escriba) de una nueva fecha la conversación fue algo así:
AMIGO A: tenemos que quedar este fin de y no dejar pasar más la cena de Navidad que si no se junta con la dieta post Navidad.
AMIGA B: este fin de no puedo comida.
ALMA DE MAMI: pues no pasa nada, lo dejamos para la semana que viene, que a nosotros la cena nos viene fatal con la niña (décima vez que lo comentamos, por cierto).
AMIGO A: (tal cual lo dijo lo he transcrito) Pero si a la niña la tenéis ya criada. Si no duerme no pasa nada y sino en el carrito. También tenéis a los abuelos al lado que son un recurso y seguro que la madre de Alma de Papi estará encantada.

¿¿PEERDOONAAAA???? No lo he metido en esta sección porque quiero hacer una reflexión más allá de la mera anécdota pero la cara que le puse al teléfono móvil fue esa que ya todos conocéis.

Entiendo que la gente que no tiene hijos no entienda que cuando los tienes tu vida cambia por completo y te organizas en función de los horarios del niño. Entiendo que haya gente que aún siendo padre o madre decida que prefiere que sus hijos se amolden a sus horarios en vez de ellos a los de sus hijos. Entiendo que pueda parecer cuadriculado no querer quedar a las 9 y media de la noche pero tengo mis razones. LO QUE NO ENTIENDO es que no se me respete y que alguien que no sabe de lo que habla se atreva a hacerme comentarios de este tipo.

Nosotros somos un pack de tres. Nos gusta hacerlo todo en familia y, a no ser que Pichí quiera o sea una causa de fuerza mayor no voy a dejar a día de hoy a mi hija con nadie que no seamos sus padres para ir al cine o quedar con amigos. Lo siento. Me gusta pasar tiempo con ella y con Alma de Papi, los tres juntos, ver a Pichí con gente, que descubra el mundo… y lo que me pide el cuerpo es estar con ella, no dejarla con los abuelos a la primera de cambio. Así que tú, amigo sin hijos que no sólo no entiendes, sino que además no respetas, cuando necesite tus consejos te los pediré. Mientras tanto dedícate a otra cosa.

¿Os habéis topado con algún amigo sin hijos que no entiende vuestra maternidad? ¿Sois de ir en pack a todos lados o mas independientes?

LAS DISTINTAS MANERAS DE CRIANZA

Estuvimos hace un mes con unos amigos sin hijos (de esos de los que ya he hablado) y vinieron unos amigos suyos que tienen un bebé que tenía casi tres meses.

Cuando llegó la hora de comer, como hacía bastante calor en la terraza de la casa que era donde los mayores íbamos a comer, yo procedí a dejar el cochecito de Pichí junto a la puerta corredera para verla desde la mesa (se había quedado dormida milagrosamente tres minutos antes de sentarnos a comer). Le dije que podía poner el carrito al lado del mío y así les veíamos y me dijo “no hace falta, le dejo ahí (entiéndase por “ahí” una zona en la que no se veía al niño si no pasabas expresamente a la casa) y así no molesta por si queremos pasar. Además yo le dejo en el cuco y se duerme solo o mira al techo, pero no protesta”. Con la boca pequeña y una sonrisa dije “qué suerte, que se entretiene solito”.

También hablamos de la hora del sueño y me contó que el nene ya dormía en su habitación. Yo le dije que ese momento de cambiarla a su cuarto lo veía aún un poco lejos y eso que duerme fenomenal. Y ella me dijo: “ya, bueno, yo es que trabajo en un hospital en neonatos y por mi experiencia, es lo mejor”.

Y el tercer punto que me llamó la atención de lo distintas que hacemos las cosas fue cuando el nene se puso a llorar por hambre y dijo “es que no quiero que se acostumbre a pedir cada hora y media, prefiero aguantarle un poco.” Y a continuación le dijo al bebé “ no, A, no se llora”.

No entro a juzgarla, obviamente, como no me gusta que me juzguen a mí. No pongo en duda que adore a su pequeño tanto como yo adoro a la mía. Simplemente pienso en las maneras tan distintas que hacemos las cosas las personas. A mí no me sale poner a la nena en un sitio desde el que no la vea, a mí no me sale dejarla mirando al tendido, (en lo de dejar que se duerma sola no es que no me salga es que es a ella a la que no le sale jeje), para pasarla a su habitación yo no me siento preparada y eso que dormimos todos prácticamente del tirón toda la noche y lo de “que se acostumbre a pedir teta cada hora y media” ahí sí que pienso que hay un error de base pero como no me pidió opinión yo tampoco se la di.
Y me pregunto si todo ello influye en cómo serán nuestros bebés de mayores. Si el suyo será más independiente o más inseguro o la mía más dependiente o más libre, si el suyo reprimirá sus emociones o la mía será una llamadora de atención insoportable…

¿Alguien tiene alguna respuesta? ¿Creéis que las sutilezas de la crianza influyen en l@s adulto@s futu@s que serán nuestros bebés?

LOS AMIGOS SIN HIJOS

Fui madre con 28 años. Nuestros amigos son de mi edad o un par de años mayores porque Alma de Papi es año y medio mayor que yo. Así que, la mayoría de nuestros amigos están entre los 28 y los 31 años y no tienen hijos y muchos, ni si quiera se lo plantean.

ES UN ROLLO. Quitando a los que están anclados en los 15 años (que alguno hay, con todo mi cariño…) y siguen pensando que el mejor plan es quedar un viernes a las 11 de la noche en Tribunal o hacer botellón en un parque en diciembre y viven en su mundo paralelo… al resto le cuesta tener en cuenta que tenemos una criaturita de 7 meses y que a las 10 o las 11 de la noche debería estar ya en casa, que nos viene mejor quedar a comer que a cenar, que no podemos estar en ningún sitio a las 11 de la mañana (porque yo dejo dormir a mi criatura todo lo que quiera), que necesitamos ir a sitios con servicios básicos como un baño, agua corriente, microondas para calentarle la comida… en fin, que vivimos y nos organizamos pendientes de nuestra personita. Entiendo que ellos no lo entiendan, pero hay que tener paciencia y no tomárselo como nada personal. Yo no obligo a nadie a cambiar de planes, si puedo me amoldo y si no no y aquí paz y después gloria.

Cuando doy el paseíto de por las tardes y veo a dos mamis, cada una con su carrito me dan mucha envidia. Pienso que se comprenden, que comparten y que tienen a alguien con quien hablar y compartir. Alma de Papi trabaja mucho y Pichí y yo estamos gran parte del día solas. Echo de menos compartir mis quebraderos de cabeza con alguien a quien le interese lo que yo le cuento (porque obviamente, comidas, pises y cacas no es el mejor tema para hablar con alguien que no tenga un bebé).

Y ya al final y con cierto regustillo amargo escribo: por no hablar de los que nos han olvidado… porque lo han hecho. Gente que antes nos llamaba para celebrar cumpleaños, tomar algo de vez en cuando, hacer barbacoas… han desaparecido. Y sobre todo uno de ellos, me duele en el alma… pero bueno. Asumo que pasa.
A lo mejor dentro de unos años, cuando en mi generación esté más de moda tener hijos, quizá me haga un círculo de amigos majos… no pierdo la esperanza…

¿Os ha pasado igual? ¡Consoladme!