SELLO DE CALIDAD: HERO BABY SOLO

Gracias a Madresfera y a Hero hemos podido probar los nuevos tarritos de fruta HERO BABY SOLO (de plátano, de manzana verde, de pera y manzana y de pera, plátano y zanahoria).

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Cuando nuestros peques se inician en la alimentación complementaria, al menos en nuestro caso, se cierne sobre nuestras cabezas la preocupación por lo que comen, que sea lo más sano y natural posible. En nuestra experiencia, que tenemos tiempo, procuramos hacerle puré casero, congelarlo e irlo sacando según lo necesitábamos. Eso sí, a la hora de salir fuera a merendar, de vacaciones etc. se nos planteó la duda de cómo hacerlo ya que nosotros no hemos practicado BLW. Y así, en estos momentos recurrimos a los potitos.

La marca HERO es de las de toda la vida, de las que da confianza y los nuevos tarritos de HERO BABY SOLO están elaborados únicamente con fruta, sin ningún añadido extraño y lo que es más FRUTA ECOLÓGICA. ¡Olé! Cuando tuvimos que buscar potitos para Pichí me volví loca leyendo etiquetas y en la mayoría encontraba ingredientes que no sonaban muy naturales o frutas que aún no podía tomar. Os dejo la foto de la etiqueta para que lo leáis vosotras mismas.

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En casa ya los hemos probado todos. Están indicados a partir de los 4 meses del bebé. Conozco muchos casos de mamás que se incorporan al trabajo tras las 16 semanas de baja y sus peques no aceptan el biberón así que lo que salva a los peques es tomar un poquito de fruta el tiempo que están al cuidado de otros. Estos tarritos de HERO BABY SOLO son una gran opción porque sabes que tu peque está tomando lo mejor de lo mejor en tu ausencia. Además traen 120 gr lo cual para niños más mayores como Pichí que tiene ya dos años se queda corto y tenemos que combinarlo con otra cosa pero para los más peques es la cantidad perfecta para no tirar nada y no agobiarse porque “ha comido poco”.

El sabor que más nos ha gustado es el de plátano. Recuerdo oler otros potitos y tratar de adivinar qué narices llevaba (había muchos que me olían a melocotón y se supone que es una fruta alérgena que habría que ofrecer más tarde al niño). Los HERO BABY SOLO son lo que son. Sabores claros, suaves, dulces o un poco más ácidos. A mí personalmente me encanta la opción de que sean sólo de una fruta (el de plátano y el de manzana). A Pichí nunca le hemos mezclado la fruta ya que, si nosotros no la tomamos mezclada, ¿por qué a ellos así? Prefiero que discrimine los sabores de uno en uno.

Como nos ha pedido Madresfera pasamos a puntuar del 1 al 5:

*Sabor: 5. Sabores naturales, tal cual los haríamos en casa. Como he dicho,

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por mi parte, punto a favor de que los hagan sólo de un sabor y no mezclando varias frutas.

*Textura: 5. Es más bien espesita así que es más difícil derramarlos que si fuesen más líquidos pero a la vez es suave.

*Cantidad de producto:4. A niños mayorcitos los 120 gramos se les pueden quedar cortos, pero para los más peques me parece la cantidad perfecta. Quizá plantearse un tamaño más grande para nenes más mayores sería una buena opción.

*Variedad de sabores: 3. Cuando empezamos con la alimentación complementaria de Pichí mi obsesión era que no se estriñera. Para mi gusto faltan sabores de frutas menos astringentes como la naranja, la pera, ciruela…

Gracias a Madresfera y a Hero por dejarnos probar sus nuevos tarritos. ¿Y vosotros, qué tal la experiencia con los potitos?

LOS MARAVILLOSOS DOS AÑOS DE PICHÍ

Pues sí, tal día como hoy hace dos años a las 14:31 conocimos a Pichí en persona. Es increíble cómo nos hemos adaptado a ella y lo organizamos todo en torno a ella, disfrutándola, viéndola crecer, acompañándola en esta parte de su vida.

Me alucina verla jugar con otros niños, como busca a cualquier ”nene”, le dice “hola” y se pone a correr tras él, le pasa la pelota o le cambia un juguete. No es muy recelosa de sus cosas y suele prestarlas sin problema aunque, desde luego, que si le dan otro juguete a cambio entonces sí que no rechista. Le encanta el columpio y tirarse por los toboganes donde cada vez vemos que se las apaña mejor ella solita. Cuando surge algún conflicto es de las que prefiere ceder y no meterse en problemas, se distrae con otra cosa y es feliz.

Lo que más ha cambiado es el vocabulario que ha adquirido y la forma de expresarse. Ya combina dos palabras “hola, buelo”, “otra teta”  y dice algo más aparte de la última sílaba de la palabra (dice oso, león, bien, mono, bobús-autobús-, bobos-globos-). Y canta, madre mía lo que canta. Le da igual que sean en inglés o en castellano, se sabe desde la de Suéltalo de Frozen hasta “mi limón mi limonero”. Yo se la voy cantando y ella me acaba las frases; somos un dueto de lo más particular.

Sigue comiendo de todo aunque ahora se distrae más. Hemos pasado a cenar todos juntos en la mesa del comedor y se cansa rápido de comer, se baja, cotillea nuestros postres… Así que bueno, nuestra actitud es relajada, la dejamos que se baje, que juegue, que venga, que coma otro poco… ya habrá tiempo de que aguante sentada en la mesa sin moverse. Eso sí, la comida que más le gusta en el mundo son las patatas fritas. Alguna noche que salimos a cenar fuera termina cenando prácticamente solo eso y me siento algo culpable, para qué mentir. Pero es que disfruta taaaanto….

Poquito a poco, también va sacando su genio. No le gusta nada que le pruebe ropa y corre despavorida por la casa gritando “potooo” (que viene de que yo intentaba probarle ropa y ella me decía que no y yo decía frustrada ¿esta tampoco?). A veces no queda más remedio y al menos el momento de vestir no lo lleva demasiado mal. Tiene sus días pero en general le gusta escoger su ropa y está aprendiendo a quitarse corchetes y subirse pantalones. Toda una mayor.

Sigue siendo muy mimosa, nos da achuchones que son lo mejor del mundo seguidos de un “aaayyy” que te quitan todas las penas. No podría tener una hija mejor.

Este año hemos hecho muchas cosas: ha metido los pies en la playa, ha visto vacas en Asturias, hemos ido al zoo, cena en los restaurantes comida de mayores, ha empezado matronatación… qué ganitas tengo de ver qué nuevas sorpresas nos depara este año. ¿Nos acompañáis?

LA EVOLUCIÓN DEL PESO DE PICHÍ Y SUS PERCENTILES

Pichí nació en la semana 41+3 de embarazo pesando 3,280 kilos y midiendo 50 cm.

Yo mido 1,77  y Alma de Papi 1,90 y ambos de peques éramos bastante tirillas. He ahí los antecedentes penales familiares.

Pues bien, con todo y con eso los malditos percentiles nos trajeron de cabeza y es ahora, 18 meses después, y sólo con el paso del tiempo cuando vemos que la curva de crecimiento de Pichí ha permanecido bastante estable consigo misma.

Todo empezó cuando la enfermerasauria (tomo prestado el término tan descriptivo de mamiferizando) vio que a los dos meses Pichí medía 60 cm (PC 97, esto quiere decir que sólo el 3% de las niñas de su edad miden más que ella) y “SOLO” pesaba 4,860 (PC 25 que el 75 % de las de su edad pesan más que ella). Claro, las medidas, así en bruto quedaban un poco desproporcionadas pero claro, en esta vida hay gente alta y delgada, ¿por qué no va a haber bebés del mismo tipo?.

Bajo la amenaza de “pesadla todas las semanas en la farmacia” decidió esperar a la siguiente revisión del niño sano. En esos dos meses de pesajes y de leer mucho vimos que Pichí engordaba entre 150 gr y 250 gr a la semana y punto y se acabó. Yo le daba más teta, menos teta y engordaba todas las semanas lo mismo. Leía por internet madres que hablaban de que sus hijos engordaban 400 gr a la semana y a mí me sonaba a chino.

Por otro lado leí los libros de Carlos González ( el de “mi niño no me come” creo que es el habla de percentiles) y algo me preocupé cuando hablaba de que la desproporción entre la altura y el peso sí que podía ser un indicador de que algo iba mal pero que aún así hay niños normales que están en los extremos de estas medias aritméticas porque alguien tiene que ocupar esos puestos.

A los cuatro meses Pichí medía 65 cm (PC 97) y pesaba 5,440 (PC 10-15). Claro, había bajado de percentil. Pero es que los números son muy puñeteros porque si la niña hubiese pesado 200 gramos más se mantendría en su PC 25. Y debía ser muy mala madre porque yo no veía el problema. La niña estaba muy despierta, interactuaba fenomenal, se la veía sanota y tomaba teta a todas horas, sin reloj, ni prisas ni nada. Y ahí vino la recomendación de enfermerasauria: “va a haber que darle un suplemento”. No soy amiga de extremos ni radicalismos pero mi instinto me decía que el suplemento no tenía sentido. Después de negociar con enfermerasauria decidió que la niña dormía demasiadas horas seguidas (6, tú verás) y que había que despertarla a media noche para darle una toma más de pecho al día. Por supuesto, nos citó en dos semanas para hacer el seguimiento del peso de Pichí.

A los cinco meses Pichí pesaba 6 kilos (PC 10-15) pero enfermerasauria decidió que le parecía estable y que “SU” decisión de poner una toma extra por las noches había surtido un efecto estupendo (manda hue….). Aún así no me libré de que me soltase unos cuantos ¿¿peerdoonaaa?? que tengo por ahí guardados acerca de la introducción de la alimentación complementaria.

Ays, qué recuerdos, jaja. Ahora me río porque han pasado 18 meses, la enfermerasauria se jubiló y tenemos otra que es un amor. Pichí tiene, como he dicho, 18 meses, mide 85 cm (PC 97) y pesa 10 kilos ( PC 20). Alta y delgada, fin de la historia, enfermerasauria.

Qué pena no haber tenido una mirilla chiquitita para vernos ahora en el futuro y decirle que se quedase con sus recomendaciones antiguas y sus percentiles absurdos. Haced caso de vuestro instinto, si el bebé está despierto, contento y activo y no se estanca (en los primeros 6 meses que luego a partir de los 9 muchísimos se estancan con el peso como le pasó a Pichí) NO PASA NADA. Que no os pongan en duda, huid de enfermerasaurias antiguas y si tenéis dudas cambiad de profesional.

¿Os han tocado profesionales con percentilitis? ¿Tenéis niños atípicos y “desproporcionados” como mi Pichí?

LOS 18 MESES DE PICHÍ

Hacía tiempo que no me ponía a describir cómo va cambiando Pichí y se me ponen los ojos como platos cuando leo las cositas que hacía a los 8 meses, a los 9, a los 10, a los 11, al año… es increíble cómo cambian en 6 meses (pienso en las Navidades y es increíble lo que le ha cundido para crecer jeje) y es que además, en este último mes he notado que, sobre todo a nivel de lenguaje expresivo el desarrollo es un no parar.

*A nivel motor:

Pichí se mueve para donde quiere, corre y sube y baja escaleras esto último con un poco de ayuda si la escalera es grande si no si que salva pequeños obstáculos. Se quiere subir a tooodo escalón que ve así que nuestros paseos se hacen un poco largos. Le encanta correr y ya si es en cuesta ni te digo, se parte de risa. Sube y baja del sofá sola, hace la voltereta con nuestra ayuda en la cama… en fin, parece que no ha heredado mi flexibilidad de palo de escoba yujuuu ( a ver si ella aprueba gimnasia jeje).

 

*Dientes:

Hemos perdido la cuenta de los que tiene ya. Hubo parón hasta los 16 meses o así que tenía las encías muy inflamadas y le han ido saliendo un montón de poquitos poco a poco.

 

*Alimentación:

¡Come de todo! Excepto frutos secos, marisco y carnes crudas. El resto lo ha probado todo y encima se lo come fenomenal (ella solita con su cuchara o su tenedor y bastante decentemente). Le encanta el tomate, la paella y las patatas en todas sus variantes. Eso sí, leche de vaca toma bastante poca (queso y yogur sí) en plan ni un dedito de la taza pero como seguimos con lactancia materna no hay problema.

 

*Sueño:

Ahí vamos. Parece que llevamos desde los 15 meses con una rutina bastante aceptable en la que duerme de 23:30 a 9:15 (o 10:00, 10:30 depende del día) y luego se echa una siestaza de 2 horitas entre las 16:30 y las 18:30. A veces es menos y las horas varían un poquito pero en general es bastante predecible de lunes a viernes (cuando hay jaleo el fin de semana no se sabe por dónde va a salir). Despertares nocturnos normalmente tiene uno aunque también tenemos días chungos de desvelarse, de despertarse dos o tres veces….qué os voy a contar.

 

*Comunicación:

– Entiende premisas sencillas y complejas (cualquier día me trae el “este” que está en el “ese”).

– Dice bastantes palabras: agua, papá, mamá, yaya, guagua, teta,  to (para “roto”), tata (para “caca”), bobo (para “globo”). También se sabe los nombres de sus dos niños favoritos y no son precisamente fáciles de decir, pero oye, los dice perfectos. Hasta aquí en español, que la tía dice “aaay” señalándose los ojos y “mou” señalando la boca.

– Ya dice no cuando es no y sí cuando es sí. Hemos pasado una etapa cachondísima en la que le preguntabas ¿quieres galleta? Y ella verbalizaba un no clarísimo y decía que sí con la cabeza. Era que sí, menos mal que su santa madre la iba traduciendo todo el rato.

-Tiene vocabulario para dar y tomar, sabe los sonidos de los animales, las partes del cuerpo, las comidas…

*Juego:

-Creo que jugar con otros niños es lo que más le gusta en este mundo. Le da igual que sean pequeños o mayores, se pone a correr detrás de ellos y a un pilla-pilla no se resiste nadie (en serio, la he visto meterse en el bote a un niño hecho y derecho de 9 años). Eso y correr detrás de la pelota. Se lo pasa pipa.

– En casa le gustan las pompas, pasearse con el carrito de las muñecas para arriba y para abajo, ver cuentos, bailotear cualquier música, montar una casita con bolas que tenemos y meterse dentro, asomarse…

*Personalidad:

Pichí es una niña muy cariñosa, de las que da besos espontáneos a las personas que quiere (esto incluye cualquier niño en el parque que de pronto le caiga en gracia). Sólo se enfada cuando está cansada o tiene sueño y de momento no pega, ni empuja, ni quita los juguetes de mala gana ni aunque se los quiten a ella. Se pone “pelusona” cuando Alma de Papi y yo nos damos besos y entonces me llama “mamaaaaa, mamaaaaa” para que vaya a darle besos a ella. Le encantan los “besos de sándwich” que le damos Alma de Papi y yo, uno por cada lado. Es curiosa y da la sensación de que bastante extrovertida, no tiene problema para acercarse a cualquiera y “contarle sus cosas” o de probar cosas nuevas. Se levanta con una sonrisa, ya dando besos y su abuelo es su debilidad ( y eso que no es al que más ve de todos). Tiene cosquillas en los pies y en las costillas y su animal preferido es el mono.

 

Madre mía, según escribo esto me doy cuenta de que lo que cuento ya no son cositas de bebé sino de una niña mayor, que juega, se entretiene, se relaciona y deja ver su personalidad.

Creo que no puedo enamorarme más.

LAS OBSESIONES DURANTE EL EMBARAZO

Como todas sabemos, el embarazo es una etapa en la que nuestro cuerpo es un baile de hormonas sin fin y, como las hormonas influyen en los pensamientos y las conductas de los seres humanos nos pasan muchas cosas extrañas: de repente lloramos, de repente reímos, de repente nos entran miedos atroces a lo que sea etc etc.

El otro día, viendo el programa de 9 meses con Samanta en el que la periodista graba cómo lleva su propio embarazo y trata temas sobre maternidades variadas, vi LA ESCENA que me hizo recordar esas cosicas raras que le da a nuestro cerebro por hacer cuando llevamos una personita dentro.

La escena era la siguiente. Entra el marido en casa  y le da una bolsa con 12 kiwis. Resulta que la chica se va a Dinamarca 6 días y no sabe si allí va a haber kiwis. Y es que ella los necesita porque se ha informado y sabe que en el embarazo se acusa mucho el estreñimiento y que eso provoca hemorroides y ella no quiere tener hemorroides. Así que se lleva sus 12 kiwis en la maleta con una sonrisa. Su marido le mira con cara rara y ella le dice: “no estoy loca, ¿eh?” y él: “no, claro, claro……”.

Me partía de la risa. Me recordó a mí misma con el mismo tema (y curiosamente las mismas frases de “yo no quiero que me pase eso”). Lo mío se tradujo en llevar siempre una botella de agua. Yo lo veía como algo normal, “hay que beber mucha agua” te dicen en todos los sitios. Hasta que un día, unos meses después de que naciera Pichí me dijo mi cuñada: ¿Qué? ¿Ya no vas con tu botella de agua a todos lados?. Y es que sí, llevar la botella de agua para mí se convirtió en una obsesión (muy llevadera por otro lado, no era como tener que girar 7 veces la llave antes de abrir la puerta) pero sí que es verdad que si no la tenía conmigo me sentía inquieta. Ansiedad, se llama.

Esa y la de hacer acopio de comidas extrañas como si los supermercados fuesen a desaparecer mañana. Con comidas extrañas quiero decir: muesli, en mi caso. O pepinillos que le dio por comer a mi prima. Y en el momento no te das cuenta. Pero oye, vas con tu carro y piensas “no voy a comer todo el rato lo mismo, algo habrá que variar, así que me cojo una caja de muesli con frutas del bosque, otra de coco, otra de chocolate y plátano….” Y cuando se te pasa tienes que tirar unas cuantas barritas (quien dice barritas dice paquetes enteros)  caducadas porque oye, ya no encuentras el momento de comértelas XD.

Así que sí, mujer embarazada que coges 20 sabores de pepinillos, bebes dos vasos de agua caliente todas las mañanas para evitar el estreñimiento o te pones el agua de la ducha a 20 bajo cero y te das en las piernas para evitar las varices… eres víctima de tus hormonas y es lo más normal del mundo. Por suerte, amigas, todo pasa… pero cuando te ves desde fuera un tiempo después… ¡flipas en colores!

¿Alguna es consciente de tener alguna obsesión extraña durante el embarazo? Contadme, contadme!!

CÓMO COMEMOS Y MENÚ SEMANAL

Cuando tienes hijos, (ya desde el embarazo) por lo que voy viendo a mi alrededor, tendemos a preocuparnos por mejorar la calidad de nuestra dieta. A mí, personalmente, me preocupa el ejemplo que pueda darle ya que soy consciente de que el dulce y la bollería industrial y las galletas están demasiado presente en mi dieta. Y, siendo sincera, me da miedo que Pichí se vuelva una adicta al azúcar como yo, por eso, procuro, en primer lugar reducir mi consumo de azúcar en general y más en particular en su presencia “obligándome” a comer tentempiés más sanos como una frutita, una zanahoria cruda o un yogur.

En cuanto al DESAYUNO he probado a cambiar la bollería industrial (lo siento, es que mi cuerpo recién levantado no procesa el salado) por bizcocho casero, tostadas con mermelada o cereales siempre acompañado de una fruta ya sea en zumo o en trozos. Es cierto que Pichí no desayuna mucho pero últimamente, lo que come lo va robando de mi plato, de ahí la importancia de que yo coma sano.

Las COMIDAS procuramos hacerlas variaditas, con muuucha verdura y procurando siempre que a lo largo del día coma algo de proteínas ya sea en forma de huevo, carne o pescado. Y de postre siempre le ofrecemos fruta, tanto en la comida como en la cena. Un ejemplo de comidas y cena semanal es este:menu 18 meses.JPG

Para la MERIENDA que suele ser después de la siesta de la que se suele levantar con poco apetito le ofrezco últimamente un quesito porque le suele apetecer. Llevo unos días que en vez de ofrecerle fruta que no quería le ofrezco zumo y parece que se anima más. Pero bueno, vamos probando.

En cuanto a la CANTIDAD a veces se come dos trocitines de pera y otras se come casi una ciruela entera, un día toma 10 cucharaditas de puré y al día siguiente un platazo de lentejas así que intento no obsesionarme ni pensar en cantidades, tomar una ACTITUD relajada y, por supuesto desterrar las frases tipo: “hoy no ha comido nada” “no sé cómo se tiene en pie” “tiene que comerse por lo menos una fruta” etc etc. Después de varios años dando de comer a niños soy de la opinión de que los niños comen lo que necesitan y, desde luego, forzarles a comer, meterles la cucharada a traición o empecinarnos en que se tiene que comer el yogur entero porque sí son lo más contraproducente que hay. A nadie le gusta comer en un ambiente de gritos, amenazas o que le fuercen a comer si no le apetece. Para mí gusto tiene que ser un ambiente relajado, en el que no me insistan hasta la saciedad y todo gire alrededor de la comida. Nosotras pasamos un buen rato, cantando, guarreando, probando texturas, cogiéndolo con la mano y disfrutando de la comida.

No lo he dicho pero a todo esto hay que añadirle las tomas de LACTANCIA MATERNA A DEMANDA que hace según se levanta, a media mañana, antes de dormir la siesta y también después, antes de cenar y para dormir. Leche de vaca toma dos dedos en el desayuno cuando le apetece al igual que los yogures (eso sí los devora) y el quesito en la merienda como ya he dicho.

Creo que no lo estamos haciendo mal, Pichí come de todo, con gusto, contenta y se maneja prácticamente sola con la cuchara. No le quito mérito. Quizá con un niño “malcomedor” esta entrada hubiese llevado otra tónica.

¿Qué tal comen vuestros niños? ¿Os parece equilibrado nuestro menú? ¿Ideas de recetas para ampliarlo?

LOS 12 MESES DE PICHÍ

12 meses, un añito…hace nada era un bebote recién nacido y ahora ya es una nena con carácter, que tiene claro lo que quiere y nos lo deja claro a los demás y, en general, con un buen talante que ha debido de heredar de su padre porque yo, desde luego, soy más refunfuñona.

A nivel motor:
*Después de afianzar el gateo, éste ha sido el mes de animarse a ponerse de pie. Prefiere ir cogida de la mano (de una mejor que de las dos, claro) a gatear y va animándose a soltarse para recorrer distancias cortas. Me hace gracia porque se anima “mejor” si lleva cualquier cosa entre las manos, ¡qué cosas!
*A nivel de motricidad fina (movimientos más concretos con las manos, por ejemplo) está descubriendo el movimiento de los dedos y de la muñeca. Antes decía “adiós” con todo el brazo y ahora te mueve los deditos como si dijese “dinerito, dinerito”. Lo mismo pasa con los cinco lobitos, este mes ha aprendido a mover la muñeca perfectamente jeje ponemos un “conseguido” en esta canción.

*Dientes:
Seguimos con 8 dientes desde los 9 meses. Cuatro arriba y cuatro abajo.

*Alimentación:
Un diez. Hemos introducido la pasta y las lentejas y a esta niña todo le viene bien, ¡es un gustazo! Ha vuelto a cogerle el gusto al pescado. Estamos cambiando la manera de darle la comida en el sentido de que la fruta se la cortamos en trocitos pequeños y ella va cogiéndolos con las manos porque si se lo damos con la cuchara protesta. Lo mismo hacemos con el pescado, la tortilla… lleva un par de días que hasta se anima con el tenedor. Me lo pone todo perdido pero mola tanto verla cómo se apaña!!

*Sueño:
Este mes no me quejo mucho. Menos mal que la racha de desvelarse ya ha pasado y últimamente está volviendo a dormir bien, quiero decir: dormirse en el carrito después de la teta (ahora a la teta no se duerme la mayoría de los días), y despertarse una o dos veces hasta las 9 o 9:30 que amanecemos en esta casa.
*Comunicación:
-Notamos un gran avance en este mes en cuanto a comprensión. Nos contesta a lo que le preguntamos con un sí o un no con la cabeza bastante coherentes la mayoría de las veces (¿quieres que venga papá? ¿quieres yogur? ¿quieres dormir? –a esto suele responder con un no clarísimo jeje-) y además conoce los nombres de los juguetes y de los objetos cotidianos en general.
– Está empezando a controlar un poquito sus vocalizaciones. Repite cuando decimos “mamá” o “papá” una de las sílabas. Cuando decimos “galleta” ella dice “ gaaa…lleee…llaaa” de higos a brevas, todo hay que decirlo. Y cuando ve un bebé en la tele vocaliza “ba” (yo creo que del Baby Einstein que dicen “ba-ba- baby”).
– Las mini rabietas han aparecido. Por suerte no son muy frecuentes pero hemos tenido algún momento de verla llorar desconsolada sin entender por qué y de repente iluminársenos la lucecita y decir “ a ver si es porque le hemos quitado las llaves/el móvil/el mando de la tele etc etc. De momento las llevamos con calma, las gestionamos con paciencia y distrayéndola con otra cosa y suele funcionar.

*Juego:
– Hemos descubierto las muñecas. Alma de Suegri le cogió una y Pichí se emociona cada vez que la ve. Las ponemos a dormir, les damos de comer aunque lo que más le gusta es ponerlas en el sofá y bajarlas al suelo y luego volverlas a subir… así eternamente.
– La imitación sigue desarrollándose, cada vez acierta mejor con los movimientos y ya hay ciertas canciones que las pide con ciertos movimientos.

Y así hemos cumplido el añito. Hay cosas que otros niños llevarán tiempo haciéndolas y otras que aún no las hayan aprendido pero yo describo a Pichí a modo de diario, para recordar estas cositas (y compararlo con su/s herman@/s en algún futuro jejeje. Es alucinante ver cómo crece, cómo aprende y cómo se desarrolla. Ya ha pasado un año. Y cada noche me acuesto pensando que es imposible quererla más y cada mañana me levanto más enamorada de ella que el día anterior. Cualquier día me explota el corazón de tanto amor : ).

¿Qué cositas hacían vuestros nenes al año?

NUEVA SECCIÓN: «¿¿PEEERDOOONAAA?»?

Así, tal cual. Y es que esto de la maternidad me ha regalado momentos de conversaciones con gente más o menos allegada que me ha provocado unas ganas tremendas de poner esa cara y decir eso de ¿PEERDOONAAA?.

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Aquí iré contando los comentarios más flipantes, raros, estrambóticos, exagerados etc etc que lleguen a mis oídos y que, por supuesto, me encantará compartir con vosotr@s todos los pensamientos que me susciten y que no pueda decir a la cara a la persona que me lo brinde (de alguna manera hay que desahogarse).

Sin más dilación paso a inaugurar está sección con el ¿PEERDOONAAA? más absurdo y doloroso que he vivido en mi maternidad. Fue cuando Pichí tenía un poquito más de seis meses y empezábamos con la alimentación complementaria. Yo no quería darle la típica papilla de cereales por el azúcar que lleva y porque no le veía ningún sentido. Después de informarnos mucho, decidimos que ofrecerle un poquito de arroz era la mejor manera de comenzar a introducirle un cereal sin gluten. Una persona muy allegada (después de tirarse una semana haciéndonos acoso y derribo para que pidiésemos cita con el pediatra y nos diese unas pautas más concretas para la AC) nos dijo:
– Bueno y cuando vayáis al médico mañana ni se os ocurra decirle que le estáis dando arroz a la niña, a ver si os va a denunciar a los Servicios Sociales y os la van a quitar.

¿PEERDOONAAAAAAAAAA?

Me costó un par de semanas de lloreras y de discusiones con Alma de Papi el sentir que no confiaban en mi criterio y, lo peor de todo, en dudar de mí misma y de que podía estar haciéndole daño a Pichí. Por suerte, el pediatra que nos tocó nos dijo que no era necesario darles ese tipo de papillas y que con arroz, pasta y galletas era suficiente y que si esa persona allegada a nosotros tenía alguna duda que la invitásemos a ir a la consulta que él hablaría con ella.

¿Habéis recibido algún comentario flipante de “ ¿peerdoonaaaa?” sobre la alimentación complementaria?

LOS 11 MESES DE PICHÍ

Así, vamos, que nos vuelan los meses y dentro de nada vamos a celebrar un año (UN AÑO!!) del solete que llegó a nuestras vidas el mediodía de aquel domingo nublado y que nos ha cambiado taaaanto y taaanto la vida. Este mes ha sido el de sacar el carácter que lleva dentro mi niña, ya no es un bebé y tiene claro lo que quiere y lo que no. Así que pasemos a detallar:

*A nivel motor:
El día que cumplió los 10 meses se puso de pie sola, como os conté. No lo ha vuelto a repetir pero sí que notamos que va bastante más suelta, que para cambiarse de un sitio a otro está un microsegundo en tierra de nadie, sin sujetarse a ningún lado. Gatea que se las pela, con las consiguientes peleas de “en la calle no se gatea, en el bar tampoco etc etc”. Pobrecita mía!

*Dientes:
Nada nuevo bajo el sol. Ni un dientecico más desde los 9 meses.

*Alimentación:
Vamos por rachas. Ha tenido una semanilla que pasaba de fruta y de pescado. Ahora sigue pareciendo que el pescado no le hace mucha gracia pero a la fruta le ha vuelto a coger el tranquillo. Ahora prefiere el pollo bien triturado en el puré que desmenuzadito como se lo ponía antes, pero bueno, si quiere en puré pues en puré (queda claro que Pichí está empezando a dejar claras sus preferencias). Hemos introducido el huevo y no ha habido ningún problema. ¡Cuarto de tortillita francesa se zampa mi niña!

*Sueño:
Este mes se ha estabilizado en cuanto al sueño durante el día. La verdad que ha cogido el ritmo y se duerme sus siesta mañanera, la del medio día y la de por la tarde. Lo malo es que día sí día no, prácticamente se desvela entre las 5 y las 6 de la mañana y nos tiramos dos horitas de la teta al carro y viceversa. Yo, personalmente, lo llevo fatal.

*Comunicación:
-Cuando no le damos lo que quiere o le quitamos algo peligroso para ella se pone a llorar como si le hubiésemos clavado un puñal, vamos. Unas lágrimas tremendas. A veces funciona distraerla y otras no.
-Odia, ODIA con todas sus fuerzas el momento poner camiseta. Meter la cabeza no le gusta un pelo pero el tema de las mangas es tremendo ¡qué dramón!
-No le importa irse un ratito con alguna persona que no sea muy cercana, pero me tiene que tener visible. Algún día antes de irme al trabajo me pide un abrazote de los grandes, para cargar pilas, la pobre.

*Juego:
-Imita a tope. A los niños de la tele, a las personas en carne y hueso. Lo hace a su manera, claro, porque su esquema corporal todavía no lo tiene claro, pero si subimos los brazos ella los sube o si nos llevamos la mano a la boca, por ejemplo.
-Sigue muy bailonga pero es que ahora depende del tipo de música utiliza un estilo u otro. Tiene el de doy saltitos a lo loco y el de “lagarterana”, como yo digo, que se mueve hacia los lados con los brazos casi en jarras.

Pues hasta aquí los 11 mesecitos de mi chica. Ha sido un mes un poco duro en cuanto a llantos se refiere, pero bueno, de momento tenemos bastante paciencia y entendemos que es su modo de protestar por lo que no entiende. Aún así, la miro y me sigo muriendo de amor!!

LOS DIEZ MESES DE PICHÍ

Madre mía, hace dos días que Pichí ha cumplido los diez meses y hoy ha decidido, de repente, que podía sujetarse ella solita de pie, así sin apoyo. Y Alma de Papi y yo flipando… así que quedan inaugurados los diez meses de mi niña!! A lo grande!!
A nivel motor:
*Se ha puesto a gatear como si no hubiese mañana. Se recorre casi toda la casa (tiene sus propias barreras psicológicas como el mega pasillo que tenemos). Coge velocidad punta y en un momento se planta donde estés. Lo malo han sido las consiguientes caídas, tortazos en la cara y lloreras con lágrimas. Pero bueno, forma parte del aprendizaje.

*Dientes:
Ha habido parón con respecto a los otros meses. Tiene a puntito los dientecitos de al lado de los incisivos superiores pero por lo demás nada nuevo.

*Alimentación:
Este mes le hemos introducido el pescado blanco y el yogur y los aceptado fenomenal (gracias a Dios que esta niña ha heredado el saque del padre, de momento). El pescado se lo damos desmigadito y cocido con el caldo de las verduras para que tenga un poco más de saborcillo y el yogur todos los días cae medio para merendar! Yo no quería darle tanto, pero como le gusta…

*Sueño:
Estamos pasando por una especie de crisis porque ha decidido que la siesta de por la tarde (la de las 19 o así) ya no se la duerme. Eso, junto con que se despierta más pronto (las 9 y 25 jaja) hace que por la noche llegue muerta de sueño. A las 23.30 ponemos pijama, teta y se duerme enseguida pero suele despertarse siempre una hora después, así que nos da lo mismo. Lo bueno es que a partir de ahí se despierta una vez o ninguna.

*Comunicación:
– Verbaliza papapa (cuando ve una foto de papá en mi teléfono o cuando le pregunto si quiere pan), mamama (cuando come, yo lo traduzco en “ñam ñam! Jeje).
-Señala extendiendo el brazo hacia lo que quiere o hacia donde quiere ir.
-Entiende cada vez más cosas de lo que le decimos. Sabe que la canción que le cantamos para ir al baño indica que se va a bañar, entiende el “vamos a la calle”.
– A veces, de vez en cuando, dice que sí cuando quiere algo. O menea la cabeza y el cuerpo de emoción y lo interpretamos como un sí.
-Dice adiós la mayoría de las veces que la gente se despide de ella y siempre siempre que cruzamos el umbral de la puerta de casa para irnos.

*Juego:
– Le encanta el cucú tras… ¡pero hacérnoslo ella a nosotros! Se esconde o se tapa con las manitas (muchas veces se deja medio ojo fuera y yo me parto) le digo cucú… y se destapa tronchada de la risa. Qué nivel, Maribel.
– Le ha dado por ponerse cosas (cucharas, mandos de TV o lo que pille) en la oreja y yo le digo que si está hablando con papá o con la abuela y se troncha… ¡juego simbólico!.

¿Es para derretirse o no?

Y cómo pasa el tiempo: los 8 meses de Pichí / los 9 meses de Pichí