PLANES CON NIÑOS: RIBADEO Y PLAYA DE LAS CATEDRALES

Ays, qué lejos parece que quedan ya las vacaciones cuando hace menos de un mes estábamos perdidos entre tierras gallegas y asturianas… ¿queda mucho para agosto de 2017? Jeje

Hoy os quiero comentar qué vimos y cómo lo hicimos en Ribadeo (Lugo) y la Playa de las Catedrales que es visita obligatoria cuando pasas por allí.

Como os dije la semana pasada, las vacaciones cambian cuando tienes hijos y hay que tener en cuenta “pequeños” detalles de logística a la hora de decidir qué sitios ver. En nuestro caso, con Pichí con 21 meses necesitábamos que fuesen pueblos accesibles con el amado y odiado carrito, así que Ribadeo es perfecto.

Es un pueblo limitado por la Ría de Ribadeo así que tiene panorámicas muy bonitas. Nosotros dimos un paseo por el pueblo entre las casas indianas y, por supuesto nos pasamos por el parque que hay cerquita de la oficina de turismo que está fenomenal para los peques además de ser un entorno muy chulo, con zonas peatonales y un paseo con bares y restaurantes muy mono. Además, es un sitio ideal para alojarse en apartamentos porque dentro del pueblo y a las afueras hay grandes superficies como Lidl o Eroski que a nosotros nos salvaron más de una cena.

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Ribadeo y casas indianas

Luego ya nos metimos en faena y empezamos a subir para ir hacia el Cargadero, una estructura de un antiguo muelle cargadero, como su nombre indica, en desuso y que se encuentra en perfecto estado, por el que se puede pasear y hay unas vistas que merecen la pena. Además tiene acceso (un poco agreste, eso sí, impracticable con carro al menos lo que nosotros vimos) a las calas de abajo donde, seguramente, hubiésemos bajado si hubiésemos ido sin churumbel a cuestas porque pasamos un calor tremendo.

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Panorámica del puerto y alrededores del Cargadero

Ya a media tarde cogimos el coche para ir a la Isla Pancha, una zona de acantilados donde está el faro y una estructura de madera muy original. Ahí descubrimos lo bien que hacemos las madres llevando esa chaquetita a los niños “por si refresca” que muchas veces parece exagerado. Pero a nosotros nos vino fenomenal porque pasamos de estar achicharrados en el pueblo a ir a los acantilados y helarnos de frío con el viento. Así que ahí os dejo el consejito.

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Isla Pancha

Por lo demás si os interesa ir a ver la Playa de las Catedrales se puede hacer de dos maneras pero SIEMPRE, SIEMPRE mirando en qué momento está la marea baja. Puedes ir con tu coche particular para lo cual, desde el verano del 2015, tienes que reservar una cita en la página de la Xunta (ojo, que a nosotros nos dio error y nos fue imposible reservar además de que en agosto hay que hacerlo  con varios días de antelación si no no coges plaza). Es gratuito. O puedes ir en autobús que por el módico precio de 2,50 por persona (menores de 12 años 1.25 aunque Pichí no pagó) te llevan ida y vuelta. Da tiempo de sobra a darse un buen paseo y merece la pena descubrir cómo el mar crea esas formas tan espectaculares en la roca. Pichí lo pasó fenomenal metiendo los pies en las pozas que se hacen al bajar la marea y yo disfruté haciéndole fotos a mansalva en un entorno tan bonito.

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Playa de las Catedrales

Pues hasta aquí nuestra visita a Ribadeo y alrededores, ¿lo conocíais? ¿Qué tal vuestras experiencias con el carrito y el turismo?

 

LAS VACACIONES ANTES Y DESPUÉS DE TENER HIJOS.

¡¡Ya estamos de vuelta!! ¿Qué tal habéis pasado las vacaciones?  Nosotros lo hemos pasado fenomenal, rodeados de familia y conociendo sitios nuevos y muy bonitos de Asturias y Galicia que ya os comentaré más detenidamente.

De momento hoy vengo a compartir la que ha sido, en nuestra familia, la revelación del verano; y es que no son lo mismo las vacaciones con los hijos que cuando te ibas solita con tu pareja. Y diréis que el verano pasado ya teníamos a Pichí, pero tenía sólo 9 meses, iba tan a gustito en el carro o en la mochila y sólo había que estar pendiente de su comida y sus siestecillas, poco más.

Pero este año… ay, amiga, este año ha sido distinto. Comenzamos:

Elegir destino.

*ANTES DE PICHÍ : a donde sea.

*DESPUÉS DE PICHÍ :Que no sean muchas horas en coche si no queremos volvernos locos, que el hotel sea accesible con el carrito, preguntar si hay cuna o la llevamos, que no llueva porque imagínate tener que estar encerrados en el hotel todo el día.

Planificación.

*ANTES.: Mi maleta, mi ropita y mis “porsiacasos”. Saldremos por la mañana pero tranquilamente que no hay prisa.

*DESPUÉS: La maleta de Pichí, su trona de viaje, el carrito, el cojín de lactancia, su neceser. Mi maleta a última hora y planchando un par de camisetas que me quiero llevar. Como necesito espacio para las cosas de la niña sólo me llevo un par de zapatillas y a rezar porque no llueva. Para salir Alma de Papi y yo nos coordinamos como un equipo en una misión importante en la que nos levantamos a las 6 de la mañana, nos movemos por la casa como ninjas y mientras yo me visto, él carga el coche y, por último le doy el pecho a Pichí para “asegurarnos” (porque con un niño no hay nada seguro en esta vida) de que aguante más tiempo dormida.

El viaje.

*ANTES: cantando, durmiendo, comiendo, parando o sin parar.

*DESPUÉS: sin hacer ni un ruido y con música clásica de fondo para que Pichí no se despierte. Una vez que se despierta enchufamos Miliki a todo trapo. De dormir ni hablamos porque yo no sé qué narices me ha pasado que desde que soy madre no estoy tranquila con los ojos cerrados en el coche… ¡con las buenas siestas que me echaba!

El turismo.

*ANTES: yo era de las que me encanta patearme las ciudades a las que voy. Con unas buenas zapatillas nos perdemos por las calles, disfrutamos del paseo, subimos hasta lo más alto para ver la panorámica de la ciudad…

*DESPUÉS: Obligatorio saquear a preguntas a quien nos atienda en la oficina de turismo: “¿por dónde voy con el carro? ¿Hay algún sitio chulo para niños? Si eres tan amable, ¿me marcas los parques en el mapa?”. Esquivando todo lo posible las escaleras, pateando menos, usando más el coche y sobre todo, bajando el ritmo. Si tenemos que pasar una hora entera en un parque pues nos la pasamos que aquí Pichí también tiene derecho a sus vacaciones y su ocio.

Fue en el primer pueblo al que fuimos en el que me di cuenta de que mis vacaciones no iban a ser como hasta ahora habían sido. Que ya no podría subir a todos los miradores ni recorrerme todas las calles de los pueblos, ni hacer rutas largas o meternos por el bosque. Pero decidí cambiar el chip y entonces redescubrí las vacaciones. Me volví a maravillar con las vacas, no por verlas sino por saber que Pichí las estaba viendo y lo contenta que se ponía gritando ¡¡Muu!! cada vez que pasábamos por el prado de al lado del hotel. Disfruté sentada en un parque de Cudillero entre montañas mientras Pichí no paraba de columpiarse. Aluciné con la playa de las Catedrales por lo bonita que es y aluciné con Pichí que descubrió lo mucho que le gusta mojarse los pies en las pozas que se hacen cuando baja la marea.

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AlmadeMami y Pichí mirando un caballo

Así que sí… con la maternidad todo cambia, hasta las vacaciones… pero, como siempre, merece la pena. ¿Y vosotros? ¿Habéis tenido que cambiar vuestra manera de pasar el verano desde que tenéis hijos? ¿Qué tal lo habéis pasado este verano? ¡¡Contadme, contadme!!

PLANES CON NIÑOS: PARQUE PARÍS (LAS ROZAS, MADRID)

Ays, qué fans somos en esta casa de los parques, de la naturaleza, de los animalicos… ¡y el parque París de las Rozas tiene todo eso y más!

Está en  la avenida de España, una avenida en la que se puede aparcar bien y sin parquímetros (que hoy en día esto es un lujazo). Y a menos de diez minutos andando está el centro comercial Burgocentro por si luego apetece ir a comer/merendar y echamos la mañana.

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Colchonetas hinchables y zona de juego de mayores

El Parque París en un parque público que tiene una zona enorme de juegos. Tiene un parque para los más chiquitines de arena, con columpios de cestita, tobogán, balancín etc. Y justo en frente está la zona para nenes un poco más mayores en la que hay tirolina, unas colchonetas enormes para que salten los niños (y no tan niños, que si yo hubiese pillado este parque cuando era peque… jejeje) y unos columpios con forma de avión y naves espaciales chulísimos. Hay que decir que esta zona tiene horario de apertura de 12:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 (cosa de la que yo no tenía ni idea porque siempre que he ido la he encontrado abierta).

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Zona de juego con forma de avión

Una vez que tenemos a los niños agotados de tanto correr de acá para allá, saltar en las colchonetas y jugar entre aviones y naves podemos dar un paseíto bajo la sombra de los árboles, ver una zona con rosas de todos los colores y llegar al lago.

Hay que decir que en esta casa el lago nos gusta y nos disgusta a partes iguales. Hemos ido un par de veces y a Pichí el tema patos y tortugas le encanta (ahora que ya se entera más hasta los llama “toooooo” “tutaaaaaa”). El momento drama viene cuando les vamos a echar pan duro y la niña ve que no es para ella. ¿Cóooomooo? ¿Qué es eso de tirar comida? Así que se echó una llorera tremenda la última vez al ver caer el pan al agua y a los patos comérselo aunque luego le cogió el gustillo a echárselo ella. Cuando fuimos en inverno que tenía un añito y poco el disgusto vino porque el fin de semana antes habíamos estado en la piscina de Valdelasfuentes y la niña generalizó sus conocimientos y decidió que el lago era un candidato a piscina fenomenal y no entendía que no le dejásemos tirarse y nadar como un pececillo. Malos padres que somos, ya ves tú.

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Las escaleras del lago y una familia de patitos

Se puede rodear todo el lago y hay partes que tienen valla en las que el agua queda abajo, otras (como en la foto de los patos) que la valla da a la tierra y otra parte sin valla con bancos y otra con unas escaleras. La gente con niños tranquilos se sienta en las escaleras a darles de comer a los patitos. Nosotros preferimos tener valla de por medio, por lo que pudiera pasar.

En estos días de calor, a partir de las 7 de la tarde da mucha sombra y es un paseo muy agradable para dar, sacar unas fotos y que nuestros churumbeles se desfoguen. Y lo mejor… ¡¡gratis!! Nosotros fuimos el domingo pasado y no había mucha gente así que pasamos una tarde muy tranquilita y divertida.

¿Lo conocíais? ¿Vais a parques públicos tan chulos?

VACACIONES CON NIÑOS: LASTRES (ASTURIAS)

Como sabéis soy una gran fan de Asturias y este año, por fin, después de 6 años sin pisar por allí nos hemos dado el lujazo de dejarnos caer por aquellas tierras. Una maravilla. Nos ha hecho un tiempo estupendo y hemos visto sitios chulísimos. Y encima, eran las primeras vacaciones siendo tres.

Cuando planificábamos el viaje me sirvió mucho leer experiencias de otras mamás y papás en las que comentaban qué tal los accesos a ciertas playas y a ciertos pueblos (como el de la playa de Gulpiyuri de nosoyunadramamama), así que me sumo para contar qué tal fue la aventura de ir con un bebé de casi 9 meses, en este caso, a Lastres.

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Lastres es un pueblín precioso, al lado del mar y con muuuuuuchas cuestas. Para aparcar es un horror. Nosotros tuvimos mucha suerte y aparcamos en la calle Gran Vía que está cerquita de todo. Buscamos la oficina de información y allí pedimos un planito y el circuito de Doctor Mateo (también soy friki de las localizaciones de películas y series, qué le voy a hacer). Le preguntamos a la chica que cómo lo veía para llevar el carro (habíamos tenido que subir tres tandas de escaleras pero no somos de perder la fe tan fácilmente jeje). Nos dijo que la calle Real, que es la central no tiene escaleras pero que si quieres callejear hay bastantes escaleras.

Ciertísimo. Así que al final tiramos de mochila y fue todo un acierto. Comimos tranquilamente y sobre las 4 o así, que ya daba bastante sombrita, bajamos al puerto (que ahí sí se puede ir con carrito, eso sí, por la carretera porque en ese pueblo las aceras se debieron de vender caras). Tiene una playita muy cuca ideal para darse un chapuzón. Nosotros no lo hicimos porque eran las horas centrales del día y tampoco es que fuésemos preparados (sin sombrilla, sin bañador para nosotros…) Y luego ya a callejear con la mochila. Pichí se durmió como una bendita. Con deciros que vimos todo el pueblo, nos montamos en el coche, fuimos a ver el faro de Lluces (que es el pueblo de al lado y es el faro de Doctor Mateo) nos volvimos a montar en el coche y la tuvimos que despertar ya en Llanes (que se tardan como 40 minutos). Señora siesta jeje.
¡Quiero volver!

¿Qué tal las primeras vacaciones con vuestros nenes? ¿Habéis estado en algún pueblo impracticable?