¿PODRÁ COGERSE PAPÁ LA BAJA DE PATERNIDAD?

Ésa es la injusta pregunta que últimamente ronda por mi cabeza.

¡Y es que Alma de Papi se ha cambiado de trabajo! ¡Yujuuuu! En el sitio donde trabajaba antes había llegado a su tope profesional en el sentido de que para seguir subiéndole el sueldo tendría que cambiarse de proyecto (a cualquier parte de Madrid) y con horarios incompatibles con la luz del sol y horas extras por la cara. Como caída del cielo le llegó una oferta de trabajo (sí, ellos le encontraron a él, me lo dicen y no me lo creo) y tras un par de meses pasando entrevistas y pruebas, le dijeron que empezaría en abril con subidón de sueldo, horas extras pagadas en caso de que las hagan y a 10-15 minutos de casa en coche. Sí, señor, ¡calidad de vida, se llama esto!

Hasta ahí lo bueno. Lo malo es que en teoría está a prueba durante 6 meses (o sea, hasta el 18 de octubre) aunque en teoría dicen que le harán fijo antes. Pero claro, aquí una servidora está preñi ya de 28 semanitas y mucha suerte sería que le hiciesen fijo llevando solo 3 meses. Así que lo que se plantea es que Alma de Papi aún estará a prueba cuando nazca La Nueva.

En el trabajo ya ha comentado lo del preñamiento y el jefe le ha tranquilizado diciéndole que puede cogerse las vacaciones cuando nazca la niña y dejar para más tarde el permiso de paternidad. Eso, con mi perspectiva al principio de tenerle sólo 3 días en casa sin permiso, ni vacaciones ni gaitas es alentador pero pufff… da tanta rabia no saber si podremos disfrutar del mes entero de permiso… y más con el comienzo del cole con Pichí, a ver cómo me organizo yo sola con un bebé y la mayor teniendo que ser puntual :S.

Lo peor de todo es que cuando lo hemos ido hablando con gente cercana la frase de todos ha sido la misma: “Bueno, es lo que hay”. Parece que una no tiene derecho ni a quejarse. Cuando pensábamos que simplemente tendría los 3 días de permiso nadie entendía que yo tuviese miedo a no tener a Alma de Papi al lado, a haber tenido un mal parto y estar hecha un guiñapo, a no poder encargarme de Pichí, a tener problemas con la lactancia… “Es lo que hay”. Aquí con eso de que “todas hemos parido” o “antes sólo había dos días de permiso y ale” la gente no entiende nada, no entienden que lo normal no es que una mujer que ha dado a luz se quede sola sin su pareja a las 48 horas. Y, por supuesto, tengo derecho a quejarme y a tener miedo, ¿no creéis?

Por suerte, al menos, parece que esos 15 días los tendremos y el permiso del mes ya se verá y algo más tranquila respiro. ¿Ha sido fácil para vuestras parejas cogerse el permiso de paternidad? ¿Cómo os habéis apañado al principio?

Y CUANDO NO ME LA PUEDO LLEVAR ¿DÓNDE DEJO A MI HIJA?

Como ya os he contado en otras ocasiones en esta familia somos de hacer todo lo que podamos juntos (hasta ir al tanatorio). Aún así, según pasa el tiempo y con esto del nuevo embarazo nos hemos dado cuenta de que hay a sitios a los que no podemos llevarnos a Pichí y de ahí viene mi pregunta ¿qué narices hago con mi hija ese rato?

El día 7 tengo la prueba del azúcar. Te dan un sobrecito de glucosa  para que lo bebas sin miramientos y tienes que permanecer una hora sentada para que vean cómo lo gestiona tu cuerpo y si tienes riesgo de padecer diabetes gestacional. ¿Una hora sentada? Con Pichí, imposible.

Normalmente lo que hacemos es pedir ayuda a Alma de Suegri, pero justo esa semana se van de viaje así que nos encontramos solos y sin alternativas, la verdad .Al final  Alma de Papi ha decidido cogerse el día de vacaciones porque en su empresa no es que sean muy de conciliar ni de darte horas de permiso y esas cosas.

Y ahora viene otra, las jornadas de puertas abiertas de los coles, que ya hemos comenzado con ese maravilloso mundo de la búsqueda y que os contaré más detenidamente. Son reuniones para adultos en las que te cuentan el funcionamiento del centro. De momento fui a una yo sola con Pichí y me resultó muy pesado tener la atención dividida entre lo que estaban contando y estar pendiente de que Pichí no la liase mucho y eso que es bastante buena. Pero vaya, que al final no atiendes ni a una cosa ni a otra y me fui con la sensación de que podía haber aprovechado mucho más ese tiempo si hubiese ido sola.

Y es que, claro, si va a guardería tienes esos ratos para gestionar “tus cosas” a solas pero, ¿y si no? En nuestro caso, tiramos de abuelos, pero ¿y los que no tienen familia cerca? ¿Cómo lo hacen? Y es una pregunta que lleva rondándome varios días por la cabeza.

Y es que, aunque a nosotros nos encante ir juntos a todos los lados a veces hay ciertos compromisos ineludibles (citas médicas, reuniones del colegio etc.) a los que no se puede llevar a nuestros hijos. Y de eso me estoy dando cuenta ahora.

¿Cómo lo hacéis vosotras? ¿Qué hacéis con vuestros hijos cuando no os los podéis llevar con vosotros?

FIN DE MI CONCILIACIÓN LABORAL

Hasta aquí hemos llegado, al menos por este curso.

Como sabéis los que me leéis no ha sido un año fácil en cuanto al trabajo se refiere. Cuando pedí una plaza en el cole en el que llevaba trabajando un montón de tiempo en septiembre no me la dieron y creí seriamente que me tocaría quedarme en paro. Al final, con mi sensación interna de que me la estaban dando a regañadientes al final me dieron otra del mismo tipo.

Han pasado muchas cosas a lo largo de este curso. Empecé trabajando dos horas cuando Pichí tenía diez meses. Han ido saliendo más plazas con algunas horillas y que me ha apetecido hacer porque me he visto preparada para dejar a Pichí más tiempo con Alma de Suegri pero que no me han dado porque tenían nombre y apellidos de un enchufado del chachigrupi de la directora. Hasta 3 veces me ha pasado. Algunas de mis compañeras se han quejado, se han movilizado y han dicho alto y claro que se me tenía que dar una plaza de mejor calidad. Hace un mes me ofrecieron una plaza complementaria a mi horario en la actividad menos agradecida de todas y la que nadie quiere ir y sólo para un mes. Les dije que no porque me parecía que me estaban tomando el pelo y es que pretendían que pareciese que me estaban haciendo un favor cuando en realidad no había nadie que quisiese hacer ese trabajo. Pues mira, una es tonta, pero no tanto.

El cole se acabó ayer y yo me voy con un sabor agridulce. Éste ha sido el curso del desengaño, en el que he sentido que de repente ya no sabía trabajar porque me había quedado embarazada. La cúpula del cole me ha bajado de mi nube de piruleta para darme el bofetón de realidad en la cara de que nadie es imprescindible y mucho menos una mujer en edad fértil y con un bebé a su cargo. Menos mal que esta cúpula de la que os hablo son madres las cuatro. Cuánta empatía, sí señor.

Pero me quedo con lo bueno. Me quedo con que la tutora de mis chicos, cuando se enteró de que en octubre me reincorporaba a trabajar dijo que “se pedía” trabajar conmigo, que me quería para apoyarla con los chavales. Me quedo con ella y con el resto de profes de mi nivel que han confiado en mis criterios de intervención y que me han pedido opinión como si fuese una más. Me quedo con la mamá de A, una mujer dulce y muy insegura que sólo quiere lo mejor para su hijo y que ha depositado en mí toda su confianza y me ha valorado un montón como profesional. Me quedo con mis 3 compi-amigas que son lo mejor que hay en ese cole y que siempre están ahí para que me desahogue con ellas. Y, por supuesto, me quedo con mis niños, con ellos que no entienden de currículums, de status ni de chachigrupos, que me han regalado achuchones de esos que sólo te pueden dar estos niños y a los que si no veo el año que viene espero que les vaya precioso porque se merecen ser felices, más que nadie.

Cerramos etapa aunque lo digo con la boca pequeña porque en septiembre lo volveré a intentar a ver si me lo ponen un poco menos difícil. ¿Qué tal han sido vuestras reincorporaciones al trabajo después de la maternidad? ¿Tenéis reciente un cierre de etapa?

LOS AMIGOS INFÉRTILES

A nuestro alrededor tenemos un par de amigos que son infértiles. Esto es como una mala lotería e, incluso, muchas veces, puede tocarnos a nosotros, sin darnos cuenta. Esto de la reproducción al final, es otra lotería y no podemos olvidar que para concebir tienen que alinearse las estrellas, los planetas y las galaxias. Ya ves tú, algo que parece tan fácil.

Alma de Mejor Amiga es infértil. Tiene un síndrome cromosómico desde el nacimiento que entre otras implicaciones tiene la de no tener la regla si no se la provocan las pastillas. Tiene mi misma edad, casi 30 años y acaba de empezar con su pareja. Ella sabe lo que le pasa y que le será muy difícil quedarse embarazada por eso ella siempre ha hablado de adoptar.

El mejor amigo de Alma de Papi también es infértil. Su situación es bien distinta. Lleva 10 años con su mujer y hace 6 intentaron ir a por el bebé, como todos, pensando que se quedarían sin mucho tardar. Tras el paso del tiempo y pruebas y más pruebas vieron que sus espermatozoides tenían cero movilidad y que tendrían que someterse a un tratamiento si querían tener hijos. Su decisión ha sido no tenerlos.

Me sorprendió mucho cuando nos dijeron que no querían pincharse ni pasarlo mal. Yo pensaba que eso de no querer pincharse era una tontería porque si te quedas embarazada te hacen más análisis de sangre que en toda tu vida, por no hablar del parto, la vía etc etc. No lo entendí.

Hasta que empecé a leer blogs. De hecho empecé por engancharme a uno de una chica que, precisamente, era infértil. Empecé a leer sobre FIVS, ICSIS, ovodonaciones, progesteronas, y pude ponerme más en su lugar. Entiendo ahora que les dé miedo vivir esa ansiedad que leo en muchas, esas punciones, esas betaesperas y esas decepciones cuando no se consiguen.

Y les admiro todavía más. Alma de Mejor Amiga es una persona de fácil trato, cariñosa y sencilla, feliz con las pequeñas cosas y una sonrisa siempre para todos. Si yo supiese que no puedo tener hijos sé que no sería así. Y eso me hace quererla más. No sé cómo será cuando empiece a plantearse la maternidad pero, desde luego, yo estaré ahí para ella.

Con el mejor amigo de Alma de Papi estamos sufriendo un bache. Bache que no entendería si no os leyese a muchas de vosotras. Están sensibles con nosotros, no vienen a nuestros cumples y alargan más que antes quedar con nosotros. Yo creo que él se siente mejor sólo llamando por teléfono a Alma de Papi y lo respeto. Necesitan su tiempo. Yo lo necesitaría.

Por eso quiero dar las gracias a todas las personas que compartís vuestro sufrimiento, que nos hacéis comprender mejor la infertilidad a los que hemos tenido más suerte. Deseo con todo mi corazón que pronto vuestros sueños se hagan realidad y ojalá nadie tuviese que pasar por eso.

Y vosotros, ¿conocéis a gente infértil? ¿Teníais la idea de que embarazarse era fácil?

EL SUEÑO DIURNO ME QUITA EL SUEÑO

Ayer estallé.

Los que nos conocéis sabéis que Pichí es una niña todo terreno de 14 meses que se adapta a todo (incluidos los descontroles navideños) come fenomenal y duerme casi casi como una bendita. DURANTE LA NOCHE, claro.

El dormir que me quita el sueño es el diurno. Esas siestecitas que según la sabiduría popular todo bebé ha de echarse. Las leyendas cuentan que “casi una horita por la mañana y como mínimo otra horita por la tarde, después de comer”. Algunos apuran y añaden que “un ratito a media tarde para que cenen de buen humor”. Pues, señoras, señores, Pichí no ha incluido esa información en su “tarjeta de memoria del bebé” y se lo salta a la torera.

He de reconocer que no siempre fue así. Miento. Prácticamente siempre ha sido así pero hubo un par de semanas, cuando cumplió el año más o menos que nos hizo creer (la muy petarda) que tenía horarios que se repetirían durante el día, día tras día, como un bebé normal. Se despertaba a las 9:30, a las 11:30-12:00 se dormía media horita y luego sobre las 16:15 se echaba entre hora y media y dos horas de siesta. A las 11 en la cama y hasta el día siguiente (con un par de despertares). Yo respiraba tranquila, abría mis plumas de mamá-pavo real orgullosa de tener un bebé normal, con sus horarios, su siesta de por la mañana y de después de comer. ¿He dicho que duró un par de semanas? Sí, dos semanas.

La dura realidad es que aunque tenga muuucho sueño le cuesta dormir durante el día. Yo dejo que juegue, hacemos cosas y cuando veo que se empieza a tropezar y que ya no puede más intento dormirla en la teta. A veces no es suficiente. Pues al carro. Y más de la mitad de las veces no funciona y tengo que volver a llevarla al salón, a que se vuelva a tropezar (ojo que no es que le vaya poniendo cosas por medio es que la pobre con sueño se vuelve muy torpe), se pone a llorar y yo rezo porque con eso de la llantina, la pobre mía se haya cansado un poquito más y se pueda dormir. Entre todo esto puede pasar una hora, hora y media perfectamente.

Y digo que ayer estallé porque sin tener nada que hacer pues no pasa nada, soy la reina de la paciencia. Pero a las 12:30 tengo a Alma de Suegri en casa, la casa tiene que estar mínimamente presentable y yo tengo que prepararme para salir a trabajar. Y claro, me frustro. Porque veo pasar los minutos y las horas y la niña no se duerme, se tropieza, se cae, se pilla los dedos, llora y yo voy con un ojo pintado y el otro no y quedan todos los cacharros por fregar. O peor, parece que se va a dormir, empiezo a planificar lo que voy a hacer en ese rato y al final no se duerme. Y mi gozo en un pozo. Y ayer le eché una bronca tremenda por coger la escobilla del váter que le había dicho diez veces que no cogiese y la había apartado y había tratado de ignorarla etc etc y al final lo que me salió fue un berrido que me sorprendió hasta a mí. Y me sentí fatal por descargar mi estrés en Pichí. Al final nos pusimos a llorar las dos (ella del susto y yo de la impotencia), le pedí mil perdones y cambié la escobilla de la discordia de sitio. Se me podría haber ocurrido antes pero estaba bloqueada. A veces pasa, ¿no?

¿Qué tal el sueño diurno de vuestros peques? ¿Son de siestas de esas de libro?

BIENVENIDO 2016

Un nuevo año siempre me llena la cabeza de proyectos, de ganas de hacer mejor algunas cosas, de aprender a hacer otras… pero este año estoy trascendental.

Empecemos por el principio. Ha venido de visita el hermano de Alma de Papi que, con 25 añitos se ha ido a Alemania con su novia a buscarse la vida. Nos han contado lo contentos que están, lo bien que van allí las cosas, las bajas de maternidad de un año y de paternidad de dos meses, la conciliación, los suelos altos… Y se me pusieron los dientes largos. Me dio envidia ver que sí hay otra forma de hacer las cosas, que las mamás españolas que viven en Alemania pueden trabajar y no tener que abandonar a su bebé de menos de 4 meses, que los papás pueden reducir su horario después de los 2 meses de baja de paternidad para cuidar de su mujer y su hijo etc etc.
Hasta el punto de que quería ponerme a traducir al inglés el CV de Alma de Papi y me liaba la manta a la cabeza para irnos. Y eso que odio el alemán, es difícil y no me gusta como suena.

Una semana después fuimos a ver la casita que se ha comprado Alma de Mejor Amiga. Nuevita, en una urbanización sencillita, con su super trastero y plaza de garaje, sus suelitos de madera, su cocina recién puesta. Y ale. Ya me puse yo a maquinar: que si comprar una casa sale más barato que el alquiler que estamos pagando, que si cómo molaría vivir en una urba con gente joven con niños etc, etc.

Hasta que hablándolo con Alma de Papi me dijo: date cuenta de que si te compras una casa no te puedes ir a Alemania. Y ahí me di cuenta. No tengo ni idea de lo que quiero hacer con mi vida. Todo me viene bien. Sé cosas importantes, como que quiero tener 3 hijos y que me cuadraría quedarme embarazada del segundo este año. Nada más. Que quiero cuidar de mis hijos y pasar tiempo en familia. La pena es el maldito dinero que, aunque yo tengo muy claro que si se quiere se puede, a Alma de Papi le da más miedo.

Y así hemos he empezado el año. No sé si es la crisis de los 30 que cumpliré en marzo, el 2016, la cuesta de enero, el instinto maternal o qué sé yo, pero me noto indecisa y un poco agobiada por no saber qué pasará (obviamente ya sé que es imposible saberlo).

¿Alguna otra en la sala ha vivido alguna crisis parecida?

LA (AHORA SÍ) CONCILIACIÓN LABORAL (TEMPORAL)

Si a principios de mes escribía acerca de mi no conciliación laboral, ayer tuve buenas noticias. Y es que al pasar, en el mes de octubre, al horario ya normal en vez de intensivo, se han quedado plazas libres en el cole y ¡me han dado la que yo quería! ¡Voy a volver al cole, a ver a mis niños, a seguir trabajando de lo mío!

El sabor sigue siendo agridulce porque soy consciente de que he sido la última opción (debe de ser que no les queda nadie a quién explotar) porque si no me hubiesen cogido a la primera.

Encima esto me ha abierto los ojos y sé que ya, para el año que viene, no voy a poder esperar nada seguro. Mi burbujita de felicidad inocente se pinchó cuando me dejaron en la calle a principios de mes. Eso junto con la incredulidad de que al final vaya a salir todo como yo quería, hace que hasta que el jueves (que es cuando empiezo) no firme el contrato no me creo nada.

Lo mejor la reacción de mi suegra. Ésa que al principio no quería y ponía muchos impedimentos por cuidar de Pichí un par horas, se ve que ha decidido que es mejor para todos que yo trabaje un poquito y ella ceder otro poquito. A ver qué tal se nos da (la tengo poco explotada en el blog porque me lee AlmadePapi pero me daría para taaaaantos post jeje ).

Me da un poco de miedo no llegar a todo porque, aunque son sólo un par de horitas, no voy a dar de comer a mi niña y eso me da pena y aparte le doy mucha importancia (y que me gusta que las cosas se hagan como yo quiero, leche). Y encima tendré que tener la casa en perfecto estado de revista (o al menos no tan “a mi libre albedrío”) por lo que pueda pensar la abuela de la niña jeje. Pero bueno, intentaremos no anticipar.

Buenas noticias que cuento con la boca pequeña. Cuando pasen unos días espero poder contaros qué tal nos organizamos en esta casa para conciliarnos todos y que nadie salga herido :S.

¿Podré con todo? ¿Cómo lo hacéis las que trabajáis?

LA NO CONCILIACIÓN

Hago un paréntesis en mi serie de entradas de presentación porque está siendo una semana muy dura y necesito denunciar. Denunciar que he trabajado durante seis años en el mismo colegio concertado específico de autismo en el que hice mis prácticas de Psicología y no me han dejado volver porque no tenía un contrato fijo y he tenido un bebé.

Mi trabajo me encanta. Y eso que es duro. Hay chavales con graves problemas de conducta que como tengan el día cruzado te dan un tirón de pelos o un buen guantazo como te descuides. Pero es lo más gratificante del mundo enseñarles a comunicarse, a que sean autónomos, a que te digan lo que quieren, a que les interese interactuar contigo…

He tenido plazas con distinta duración (jornada completa, parcial, parcial de tres horas al día con un descanso de dos horas entre medias…). Todos los junios me echaban a la calle sin saber si en septiembre me cogerían. Y todos me han cogido. Me hice un esguince y falté un mes por estar de baja y me volvieron a coger. Hace dos cursos me quedé embarazada y allí te dan la baja desde que tienes el predictor en la mano por el riesgo que implica el trabajo. No he dado ningún problema nunca. Me he pasado a saludar estando embarazada, me he pasado varias veces a presentar a Pichí, les he dejado muy claro que quería volver en la plaza más pequeñita que hay (la de dos horas). El último día fue a principios de septiembre. Fui a llevar una carta de petición de plaza. Salían cinco vacantes. Saludé a todo el mundo.

Y no me han cogido. Y ni si quiera me han llamado para decírmelo. Después de seis años trabajando. Me imagino cómo ha sido esa reunión, (de esas cuatro mujeres, las cuatro con hijos y con tres de ellas hablé cuando fui a dar mi soicitud) y me hierve la sangre. “No, a Alma de Mami no, que tiene un bebé y si queremos que venga a las piscinas de estrangis no va a poder. Vamos a coger a los de siempre y a un par nuevos de las prácticas del año pasado.”. Y ya.

Me queda un sabor muy amargo. Soy buena en mi trabajo y encima me encanta. Ahora tengo que buscar opciones. Me da miedo pensar que no voy a poder trabajar en lo mío el resto de mi vida. Y procuro pensar en el lado bueno, en que no voy a tener que pedir a nadie que cuide a Pichí si no quiere, en que puedo disfrutar de mi niña un poquito más y en que si hasta aquí hemos llegado por algo será. Pero aún así me siento mal.

Un tirón de orejas de mi parte para los empresarios que sólo nos ven como números y a la gente que te pone buena cara y luego por detrás te clavan la puñalada más rastrera sin pestañear.

¿Sois de las que habéis podido conciliar u os quedasteis por el camino?

MELOCOTÓN

Me gusta que las cosas salgan como espero.

No es que me guste es que, muchas veces, es una necesidad.

Los seres humanos necesitamos un mundo predecible a nuestro alrededor para sentir al menos, la falsa sensación, de tener el control de algo.

Y ojo, que he dicho, que necesito que salgan como espero que van a salir, me guste o no.

Yo no quería que lloviese el día de mi boda, no me gustaba la idea. Pero oye, me casé en marzo, obviamente iba a llover. ESPERABA que lloviese. Y llovió. No pasa nada, estaba preparada, un paragüitas, más laca en el pelo y aquí no ha pasado nada.

Lo que esperaba era otra cosa. Abrí la nevera buscando una naranja y encontré un melocotón. El melocotón me encanta también, pero no se puede hacer zumo. Sí, se parecen, son naranjas bla bla bla. Pero tú tienes naranjas, están en tu mano y no me las quieres dar porque te viene mal, porque te da pereza moverte, porque ¿y si enfermas, qué haces con mi naranja?

Para mi salud es necesaria la naranja, porque necesito vitamina C. No me voy a morir si no la tomo, pero me encontraría algo mejor. El melocotón no tiene, o tiene muy poca. Pensé que con un poquito de esfuerzo iba a conseguir mi naranja y al final, seguramente no tendré lo que me esperaba.

¿Quién ha mencionado aquí untrabajodedoshorasquemeencanta, unnoesfuercitoporpartedelasuegra, unmeniegoallevarlaalaguardetodavía y unmeparecequetequedasencasaydiadiósatumierdervidalaboral?

Desde el bloqueo y mentalizándome para comerme el melocotón sin que se escape una lagrimilla. Mañana será otro día.