Después del primer intento fallido durante la Semana Santa (cuando Pichí tenía 2 años y 5 meses) en el que me di cuenta de que estaba presionando demasiado a Pichí, lo volvimos a intentar el último domingo de junio (con dos años y 7 meses larguitos). ¿Por qué? Pues sinceramente no tengo ni idea. Hacía mucho calor, era un domingo tranquilo en el que estaríamos en casa y Alma de Papi podía estar ahí para echarme una mano tanto físicamente como moralmente.
La verdad que cuando le ofrecimos a Pichí quitar el pañal y que se sentase en el orinal y no se lo tomaba a mal ni lloraba yo respiré aliviada. Todavía arrastraba el sentimiento de culpabilidad del primer intento.
Al ver su buena actitud pese a que se hizo varios pises encima y ninguno en el orinal optamos por ponerle un cartelito en la puerta del baño con un dibujo molón y le dijimos que si acertaba el pis en el orinal podríamos pegar una pegatina (un gomet normal dándole a elegir el color).
No sé si fue cuestión de las pegatinas, de abrir los grifos o simplemente de suerte pero el caso es que acertó un par de pises el primer día y sobre todo mantuvimos todos la actitud positiva que para mí era lo más importante.
A partir del lunes decidí ir registrando las horas que hacía pis encima, en el orinal, las veces que se sentaba y no salía nada y las cacas, por tener una idea objetiva de si íbamos mejorando y de si había algún tipo de regularidad (esto es deformación profesional pero es una herramienta bastante útil sobre todo al principio para ver si va evolucionando objetivamente la cosa).
¡Y la cosa ha ido mejorando! Llevamos ya dos semanas y media y la verdad es que suele acertar todos los pises en el orinal o en el váter pero todavía no podemos dar la operación pañal por finalizada ni mucho menos ya que:
- Flanco abierto número 1: Nuestra debilidad son las cacas. Sólo ha hecho una vez en el orinal y justo antes nos dijo “me duele la tripita”. El resto de las veces no avisa y además es que la hace de pie así que me imagino que se tiene que acostumbrar a hacerla sentada.
- Flanco abierto número 2: Cuando salimos fuera solemos ponerle pañal a no ser que justo acabe de hacer en casa y vayamos fuera por poquito tiempo. Es más que nada por nuestra comodidad y me da un poco de rabia. Me da pereza lo del tema de los baños públicos y no tengo muy claro si comprando un adaptador portátil nos apañaremos mejor. (¿Algún consejito para hacer pises fuera de casa con niñas que se tienen que sentar en la taza y no morir de asco en el intento?). Eso sí, por ejemplo a casa de los abuelos nos llevamos el orinal y la cosa fue bastante bien.
- Flanco abierto número 3: cuando está viendo la tele o la Tablet está más distraída y se puede hacer pis encima sin inmutarse. Esto yo lo veo de lo más normal.
- Flanco abierto número 4: Lo que me mosquea más es que aún no nos avisa cuando tiene ganas de hacer pis. Nunca ha ido ella espontáneamente a hacer pis sino que vamos o Alma de Papi o yo con ella o le preguntamos si quiere venir al baño. Eso me hace dudar de si realmente reconoce la sensación de su cuerpo que la avisa de que le vienen las ganas.
- Flanco abierto número 5: El pañal por la noche. Esto no me preocupa en absoluto. Suele levantarse seca tanto de toda la noche como de la siesta aunque a veces, la primera semana me dio la sensación de que aguantaba el pis para hacérselo en el pañal y por las mañanas se le desbordaba. Ya casi no lo hace y yo lo voy apuntando todo pero, sinceramente creo que la cosa no irá mal en este sentido.
Pues así vamos con la operación pañal. Yo aquí preñi con mis casi 39 semanitas que cumplimos el jueves y limpiando cada vez menos pises. Aún nos queda un largo camino y me da qué pensar que esté siendo “tan larga” porque quizá seguimos forzando un poco la máquina. Lo bueno es que estamos todos muuuucho menos agobiados y la cosa parece que mejora.
A ver qué pasa cuando llegue “La Nueva” y cómo evoluciona mi Pichí mayor.
¿Qué tal fue la operación pañal de vuestros hijos? ¿Tenéis algún consejillos para mis “flancos abiertos”?