LA EVOLUCIÓN DEL PESO DE PICHÍ Y SUS PERCENTILES

Pichí nació en la semana 41+3 de embarazo pesando 3,280 kilos y midiendo 50 cm.

Yo mido 1,77  y Alma de Papi 1,90 y ambos de peques éramos bastante tirillas. He ahí los antecedentes penales familiares.

Pues bien, con todo y con eso los malditos percentiles nos trajeron de cabeza y es ahora, 18 meses después, y sólo con el paso del tiempo cuando vemos que la curva de crecimiento de Pichí ha permanecido bastante estable consigo misma.

Todo empezó cuando la enfermerasauria (tomo prestado el término tan descriptivo de mamiferizando) vio que a los dos meses Pichí medía 60 cm (PC 97, esto quiere decir que sólo el 3% de las niñas de su edad miden más que ella) y “SOLO” pesaba 4,860 (PC 25 que el 75 % de las de su edad pesan más que ella). Claro, las medidas, así en bruto quedaban un poco desproporcionadas pero claro, en esta vida hay gente alta y delgada, ¿por qué no va a haber bebés del mismo tipo?.

Bajo la amenaza de “pesadla todas las semanas en la farmacia” decidió esperar a la siguiente revisión del niño sano. En esos dos meses de pesajes y de leer mucho vimos que Pichí engordaba entre 150 gr y 250 gr a la semana y punto y se acabó. Yo le daba más teta, menos teta y engordaba todas las semanas lo mismo. Leía por internet madres que hablaban de que sus hijos engordaban 400 gr a la semana y a mí me sonaba a chino.

Por otro lado leí los libros de Carlos González ( el de “mi niño no me come” creo que es el habla de percentiles) y algo me preocupé cuando hablaba de que la desproporción entre la altura y el peso sí que podía ser un indicador de que algo iba mal pero que aún así hay niños normales que están en los extremos de estas medias aritméticas porque alguien tiene que ocupar esos puestos.

A los cuatro meses Pichí medía 65 cm (PC 97) y pesaba 5,440 (PC 10-15). Claro, había bajado de percentil. Pero es que los números son muy puñeteros porque si la niña hubiese pesado 200 gramos más se mantendría en su PC 25. Y debía ser muy mala madre porque yo no veía el problema. La niña estaba muy despierta, interactuaba fenomenal, se la veía sanota y tomaba teta a todas horas, sin reloj, ni prisas ni nada. Y ahí vino la recomendación de enfermerasauria: “va a haber que darle un suplemento”. No soy amiga de extremos ni radicalismos pero mi instinto me decía que el suplemento no tenía sentido. Después de negociar con enfermerasauria decidió que la niña dormía demasiadas horas seguidas (6, tú verás) y que había que despertarla a media noche para darle una toma más de pecho al día. Por supuesto, nos citó en dos semanas para hacer el seguimiento del peso de Pichí.

A los cinco meses Pichí pesaba 6 kilos (PC 10-15) pero enfermerasauria decidió que le parecía estable y que “SU” decisión de poner una toma extra por las noches había surtido un efecto estupendo (manda hue….). Aún así no me libré de que me soltase unos cuantos ¿¿peerdoonaaa?? que tengo por ahí guardados acerca de la introducción de la alimentación complementaria.

Ays, qué recuerdos, jaja. Ahora me río porque han pasado 18 meses, la enfermerasauria se jubiló y tenemos otra que es un amor. Pichí tiene, como he dicho, 18 meses, mide 85 cm (PC 97) y pesa 10 kilos ( PC 20). Alta y delgada, fin de la historia, enfermerasauria.

Qué pena no haber tenido una mirilla chiquitita para vernos ahora en el futuro y decirle que se quedase con sus recomendaciones antiguas y sus percentiles absurdos. Haced caso de vuestro instinto, si el bebé está despierto, contento y activo y no se estanca (en los primeros 6 meses que luego a partir de los 9 muchísimos se estancan con el peso como le pasó a Pichí) NO PASA NADA. Que no os pongan en duda, huid de enfermerasaurias antiguas y si tenéis dudas cambiad de profesional.

¿Os han tocado profesionales con percentilitis? ¿Tenéis niños atípicos y “desproporcionados” como mi Pichí?

LOS 18 MESES DE PICHÍ

Hacía tiempo que no me ponía a describir cómo va cambiando Pichí y se me ponen los ojos como platos cuando leo las cositas que hacía a los 8 meses, a los 9, a los 10, a los 11, al año… es increíble cómo cambian en 6 meses (pienso en las Navidades y es increíble lo que le ha cundido para crecer jeje) y es que además, en este último mes he notado que, sobre todo a nivel de lenguaje expresivo el desarrollo es un no parar.

*A nivel motor:

Pichí se mueve para donde quiere, corre y sube y baja escaleras esto último con un poco de ayuda si la escalera es grande si no si que salva pequeños obstáculos. Se quiere subir a tooodo escalón que ve así que nuestros paseos se hacen un poco largos. Le encanta correr y ya si es en cuesta ni te digo, se parte de risa. Sube y baja del sofá sola, hace la voltereta con nuestra ayuda en la cama… en fin, parece que no ha heredado mi flexibilidad de palo de escoba yujuuu ( a ver si ella aprueba gimnasia jeje).

 

*Dientes:

Hemos perdido la cuenta de los que tiene ya. Hubo parón hasta los 16 meses o así que tenía las encías muy inflamadas y le han ido saliendo un montón de poquitos poco a poco.

 

*Alimentación:

¡Come de todo! Excepto frutos secos, marisco y carnes crudas. El resto lo ha probado todo y encima se lo come fenomenal (ella solita con su cuchara o su tenedor y bastante decentemente). Le encanta el tomate, la paella y las patatas en todas sus variantes. Eso sí, leche de vaca toma bastante poca (queso y yogur sí) en plan ni un dedito de la taza pero como seguimos con lactancia materna no hay problema.

 

*Sueño:

Ahí vamos. Parece que llevamos desde los 15 meses con una rutina bastante aceptable en la que duerme de 23:30 a 9:15 (o 10:00, 10:30 depende del día) y luego se echa una siestaza de 2 horitas entre las 16:30 y las 18:30. A veces es menos y las horas varían un poquito pero en general es bastante predecible de lunes a viernes (cuando hay jaleo el fin de semana no se sabe por dónde va a salir). Despertares nocturnos normalmente tiene uno aunque también tenemos días chungos de desvelarse, de despertarse dos o tres veces….qué os voy a contar.

 

*Comunicación:

– Entiende premisas sencillas y complejas (cualquier día me trae el “este” que está en el “ese”).

– Dice bastantes palabras: agua, papá, mamá, yaya, guagua, teta,  to (para “roto”), tata (para “caca”), bobo (para “globo”). También se sabe los nombres de sus dos niños favoritos y no son precisamente fáciles de decir, pero oye, los dice perfectos. Hasta aquí en español, que la tía dice “aaay” señalándose los ojos y “mou” señalando la boca.

– Ya dice no cuando es no y sí cuando es sí. Hemos pasado una etapa cachondísima en la que le preguntabas ¿quieres galleta? Y ella verbalizaba un no clarísimo y decía que sí con la cabeza. Era que sí, menos mal que su santa madre la iba traduciendo todo el rato.

-Tiene vocabulario para dar y tomar, sabe los sonidos de los animales, las partes del cuerpo, las comidas…

*Juego:

-Creo que jugar con otros niños es lo que más le gusta en este mundo. Le da igual que sean pequeños o mayores, se pone a correr detrás de ellos y a un pilla-pilla no se resiste nadie (en serio, la he visto meterse en el bote a un niño hecho y derecho de 9 años). Eso y correr detrás de la pelota. Se lo pasa pipa.

– En casa le gustan las pompas, pasearse con el carrito de las muñecas para arriba y para abajo, ver cuentos, bailotear cualquier música, montar una casita con bolas que tenemos y meterse dentro, asomarse…

*Personalidad:

Pichí es una niña muy cariñosa, de las que da besos espontáneos a las personas que quiere (esto incluye cualquier niño en el parque que de pronto le caiga en gracia). Sólo se enfada cuando está cansada o tiene sueño y de momento no pega, ni empuja, ni quita los juguetes de mala gana ni aunque se los quiten a ella. Se pone “pelusona” cuando Alma de Papi y yo nos damos besos y entonces me llama “mamaaaaa, mamaaaaa” para que vaya a darle besos a ella. Le encantan los “besos de sándwich” que le damos Alma de Papi y yo, uno por cada lado. Es curiosa y da la sensación de que bastante extrovertida, no tiene problema para acercarse a cualquiera y “contarle sus cosas” o de probar cosas nuevas. Se levanta con una sonrisa, ya dando besos y su abuelo es su debilidad ( y eso que no es al que más ve de todos). Tiene cosquillas en los pies y en las costillas y su animal preferido es el mono.

 

Madre mía, según escribo esto me doy cuenta de que lo que cuento ya no son cositas de bebé sino de una niña mayor, que juega, se entretiene, se relaciona y deja ver su personalidad.

Creo que no puedo enamorarme más.

CÓMO COMEMOS Y MENÚ SEMANAL

Cuando tienes hijos, (ya desde el embarazo) por lo que voy viendo a mi alrededor, tendemos a preocuparnos por mejorar la calidad de nuestra dieta. A mí, personalmente, me preocupa el ejemplo que pueda darle ya que soy consciente de que el dulce y la bollería industrial y las galletas están demasiado presente en mi dieta. Y, siendo sincera, me da miedo que Pichí se vuelva una adicta al azúcar como yo, por eso, procuro, en primer lugar reducir mi consumo de azúcar en general y más en particular en su presencia “obligándome” a comer tentempiés más sanos como una frutita, una zanahoria cruda o un yogur.

En cuanto al DESAYUNO he probado a cambiar la bollería industrial (lo siento, es que mi cuerpo recién levantado no procesa el salado) por bizcocho casero, tostadas con mermelada o cereales siempre acompañado de una fruta ya sea en zumo o en trozos. Es cierto que Pichí no desayuna mucho pero últimamente, lo que come lo va robando de mi plato, de ahí la importancia de que yo coma sano.

Las COMIDAS procuramos hacerlas variaditas, con muuucha verdura y procurando siempre que a lo largo del día coma algo de proteínas ya sea en forma de huevo, carne o pescado. Y de postre siempre le ofrecemos fruta, tanto en la comida como en la cena. Un ejemplo de comidas y cena semanal es este:menu 18 meses.JPG

Para la MERIENDA que suele ser después de la siesta de la que se suele levantar con poco apetito le ofrezco últimamente un quesito porque le suele apetecer. Llevo unos días que en vez de ofrecerle fruta que no quería le ofrezco zumo y parece que se anima más. Pero bueno, vamos probando.

En cuanto a la CANTIDAD a veces se come dos trocitines de pera y otras se come casi una ciruela entera, un día toma 10 cucharaditas de puré y al día siguiente un platazo de lentejas así que intento no obsesionarme ni pensar en cantidades, tomar una ACTITUD relajada y, por supuesto desterrar las frases tipo: “hoy no ha comido nada” “no sé cómo se tiene en pie” “tiene que comerse por lo menos una fruta” etc etc. Después de varios años dando de comer a niños soy de la opinión de que los niños comen lo que necesitan y, desde luego, forzarles a comer, meterles la cucharada a traición o empecinarnos en que se tiene que comer el yogur entero porque sí son lo más contraproducente que hay. A nadie le gusta comer en un ambiente de gritos, amenazas o que le fuercen a comer si no le apetece. Para mí gusto tiene que ser un ambiente relajado, en el que no me insistan hasta la saciedad y todo gire alrededor de la comida. Nosotras pasamos un buen rato, cantando, guarreando, probando texturas, cogiéndolo con la mano y disfrutando de la comida.

No lo he dicho pero a todo esto hay que añadirle las tomas de LACTANCIA MATERNA A DEMANDA que hace según se levanta, a media mañana, antes de dormir la siesta y también después, antes de cenar y para dormir. Leche de vaca toma dos dedos en el desayuno cuando le apetece al igual que los yogures (eso sí los devora) y el quesito en la merienda como ya he dicho.

Creo que no lo estamos haciendo mal, Pichí come de todo, con gusto, contenta y se maneja prácticamente sola con la cuchara. No le quito mérito. Quizá con un niño “malcomedor” esta entrada hubiese llevado otra tónica.

¿Qué tal comen vuestros niños? ¿Os parece equilibrado nuestro menú? ¿Ideas de recetas para ampliarlo?

TAPARSE PARA DAR EL PECHO

Delantal_lactancia
http://www.unamaternidaddiferente.com/2012/04/burkas-de-lactancia.html

El otro día vi esta imagen y recordé los posts que he leído en contra de las salas de lactancia y los comentarios que he leído sobre la naturalidad dando el pecho y lo absurdo de taparse.
En ellos, lo que la gente comenta es que las salas de lactancia parece que buscan apartar a las madres con sus bebés a un sitio en el que no sean vistas porque lo de dar el pecho “queda feo”. O por si alguien se escandaliza. Y a continuación reivindican su derecho a dar el pecho donde les plazca y rechazan “la imposición de esconderse”. No hablo de ninguna entrada en concreto sino de alguna que debí leer hace tiempo, por eso lo que he expuesto es mi propio resumen.

A lo que voy. Yo soy vergonzosa. Y eso de dar el pecho en público (aunque es verdad que la vergüenza te acaba por desaparecer) a mí me ha costado. Ya no te cuento delante de gente conocida, de mis amigos, de mis compañeros de carrera :S… Al principio tengo que reconocer que rezaba porque la nena no protestase pidiendo teta estando con gente (y sin poder escaparme a ningún sitio) y la apuraba hasta el máximo entreteniéndola con lo que fuese, siendo consciente de que lo que tenía era hambre. Un grave error, ahora lo sé. Gracias a una amiga/compi del trabajo que tuvo un bebé un mes después que yo y que no es nada pudorosa, me sentía más acompañada cuando las dos nos poníamos a dar el pecho y así me fui animando. Y ahora ya, un añito después, soy toda una experta.

Aún así yo no soy como mi amiga/compi. Ella en verano se pone un vestido de tirantes y se baja el tirante y ale, al lío. Yo no me he puesto vestido de tirantes, directamente. Loo que he hecho ha sido mi propio apaño poniéndome dos camisetas de tirantes y levantándome una y bajándome la otra. Y sacando el pecho entre medias. Y tan contenta. Y no es ni mejor, ni peor. No me siento cómoda con todo el pecho al aire, porque no me gusta que la gente me mire, así que esa es la solución que yo he encontrado.

Y las salas de lactancia a mí me han ayudado mucho. Al principio porque ni loca me iba yo a sacar la teta en un centro comercial, con lo cual es un sitio tranquilo y bastante privado donde apañarte ajena de miradas indiscretas. Y ahora, aunque recurro menos, también me viene bien cuando veo que Pichí no se concentra en el pecho porque se distrae viendo pasar a la gente. Vamos, que si le diese biberón también iría a la sala de lactancia y ahí si que no hay teta que esconder.
Y no lo interpreto como una sala para apartarnos sino como un servicio para mamás de hoy en día, como un “darse cuenta” de que las familias son clientes suyos y una manera de facilitarnos la vida a las que necesitamos un sitio tranquilo para dar el pecho a nuestros bebés.

Así que sí, señores, yo me tapo para dar el pecho y he usado bastante las salas de lactancia y vosotras, ¿sois de las vergonzosas o de las “desvergonzadas”?(sinónimo de que no les da vergüenza, que nadie se me ofenda, ¿eh?) ¿Qué opinión tenéis de las salas de lactancia?

LOS 12 MESES DE PICHÍ

12 meses, un añito…hace nada era un bebote recién nacido y ahora ya es una nena con carácter, que tiene claro lo que quiere y nos lo deja claro a los demás y, en general, con un buen talante que ha debido de heredar de su padre porque yo, desde luego, soy más refunfuñona.

A nivel motor:
*Después de afianzar el gateo, éste ha sido el mes de animarse a ponerse de pie. Prefiere ir cogida de la mano (de una mejor que de las dos, claro) a gatear y va animándose a soltarse para recorrer distancias cortas. Me hace gracia porque se anima “mejor” si lleva cualquier cosa entre las manos, ¡qué cosas!
*A nivel de motricidad fina (movimientos más concretos con las manos, por ejemplo) está descubriendo el movimiento de los dedos y de la muñeca. Antes decía “adiós” con todo el brazo y ahora te mueve los deditos como si dijese “dinerito, dinerito”. Lo mismo pasa con los cinco lobitos, este mes ha aprendido a mover la muñeca perfectamente jeje ponemos un “conseguido” en esta canción.

*Dientes:
Seguimos con 8 dientes desde los 9 meses. Cuatro arriba y cuatro abajo.

*Alimentación:
Un diez. Hemos introducido la pasta y las lentejas y a esta niña todo le viene bien, ¡es un gustazo! Ha vuelto a cogerle el gusto al pescado. Estamos cambiando la manera de darle la comida en el sentido de que la fruta se la cortamos en trocitos pequeños y ella va cogiéndolos con las manos porque si se lo damos con la cuchara protesta. Lo mismo hacemos con el pescado, la tortilla… lleva un par de días que hasta se anima con el tenedor. Me lo pone todo perdido pero mola tanto verla cómo se apaña!!

*Sueño:
Este mes no me quejo mucho. Menos mal que la racha de desvelarse ya ha pasado y últimamente está volviendo a dormir bien, quiero decir: dormirse en el carrito después de la teta (ahora a la teta no se duerme la mayoría de los días), y despertarse una o dos veces hasta las 9 o 9:30 que amanecemos en esta casa.
*Comunicación:
-Notamos un gran avance en este mes en cuanto a comprensión. Nos contesta a lo que le preguntamos con un sí o un no con la cabeza bastante coherentes la mayoría de las veces (¿quieres que venga papá? ¿quieres yogur? ¿quieres dormir? –a esto suele responder con un no clarísimo jeje-) y además conoce los nombres de los juguetes y de los objetos cotidianos en general.
– Está empezando a controlar un poquito sus vocalizaciones. Repite cuando decimos “mamá” o “papá” una de las sílabas. Cuando decimos “galleta” ella dice “ gaaa…lleee…llaaa” de higos a brevas, todo hay que decirlo. Y cuando ve un bebé en la tele vocaliza “ba” (yo creo que del Baby Einstein que dicen “ba-ba- baby”).
– Las mini rabietas han aparecido. Por suerte no son muy frecuentes pero hemos tenido algún momento de verla llorar desconsolada sin entender por qué y de repente iluminársenos la lucecita y decir “ a ver si es porque le hemos quitado las llaves/el móvil/el mando de la tele etc etc. De momento las llevamos con calma, las gestionamos con paciencia y distrayéndola con otra cosa y suele funcionar.

*Juego:
– Hemos descubierto las muñecas. Alma de Suegri le cogió una y Pichí se emociona cada vez que la ve. Las ponemos a dormir, les damos de comer aunque lo que más le gusta es ponerlas en el sofá y bajarlas al suelo y luego volverlas a subir… así eternamente.
– La imitación sigue desarrollándose, cada vez acierta mejor con los movimientos y ya hay ciertas canciones que las pide con ciertos movimientos.

Y así hemos cumplido el añito. Hay cosas que otros niños llevarán tiempo haciéndolas y otras que aún no las hayan aprendido pero yo describo a Pichí a modo de diario, para recordar estas cositas (y compararlo con su/s herman@/s en algún futuro jejeje. Es alucinante ver cómo crece, cómo aprende y cómo se desarrolla. Ya ha pasado un año. Y cada noche me acuesto pensando que es imposible quererla más y cada mañana me levanto más enamorada de ella que el día anterior. Cualquier día me explota el corazón de tanto amor : ).

¿Qué cositas hacían vuestros nenes al año?