DAR EL PECHO ESTANDO EMBARAZADA (PARTE 1)

Como sabéis, yo he tenido la gran suerte de no tener apenas problemas durante la lactancia de Pichí aparte de una mastitis leve y el quitarme la vergüencilla de tener que estar con la teta fuera delante de gente conocida o desconocida.

Sin embargo, la lactancia durante el embarazo me está costando muchísimo. Empiezo desde el principio. La verdad es que no tenía ninguna idea preconcebida acerca de cómo sería darle el pecho a Pichí estando embarazada. He preferido no leer nada (quizá sea un error, no lo sé) para no adelantar acontecimientos. Eso sí, había oído que el sabor de la leche cambia, que disminuye la producción, que se hace muy incómodo dar el pecho con la barriga y que todo ello solía suponer el fin de la lactancia del hermano mayor. La verdad que no me he preocupado, tenía claro que quería dejarlo fluir a ver qué pasaba y cómo nos íbamos adaptando Pichí y yo a la nueva situación (aunque a decir verdad me cuesta mucho visualizarme dándoles el pecho al bebé y a Pichí, pero para eso queda mucho que pasar aún).

Total, que ahora, embarazada de 19 semanas puedo decir que hemos tenido de todo en estas semanas.

Lo primero es el miedo de aplastar la barriguilla cuando aún no sabía si estaba embarazada o no. Claro, al darle el pecho sentada a Pichí me presionaba y me agobiaba un poco la verdad así que llegamos a cambiar para hacer 2 de sus 4 tomas tumbada.

Luego,  como os comenté, fue llegar el día de la falta y empezarme a doler el pecho. Al principio se podía tolerar, era sólo en el momento del enganche. Lo que pasa es que en la semana 6 ó 7 de embarazo le debía de costar más succionar o algo porque se separaba cada dos por tres, teniendo que volverse a enganchar y ahí empezó la pesadilla para mí. Cada vez que se enganchaba yo veía las estrellas y tardé sólo unos días en empezar a estresarme con el momento de darle el pecho. Aguantaba un ratito y enseguida le pedía a Alma de Papi que la tratase de dormir él en el carro. Y eso derivó en una agitación del amamantamiento (que yo no tenía ni idea de lo que era hasta que leí esta entrada de Liela hace unas semanas). O sea, empecé a rechazar el momento de dar el pecho, sobre todo la toma de la noche que se me hacía insoportable. A Pichí le dio por meterme la mano en la axila mientras mamaba y teníamos unas peleas tremendas, yo me estresaba y encima me dolía un montón. La solución pasó por darle una muñeca para que la agarrase y acortar la toma, que es lo que seguimos haciendo a día de hoy.

La toma al despertarse de la siesta se la dejé de ofrecer y ella dejó de pedirla así que, en este momento le doy tres veces: al despertar, para dormirse la siesta y antes de dormir por la noche. Las dos primeras las llevo bien, se las doy sentada y generalmente bastante tranquila. La barriga empieza a molestar un poco y no sé qué haremos cuando esté más grande, como digo, ya iremos viendo. Además, en esas dos suelo notar alguna contracción del útero prácticamente desde la semana 6 que no son dolorosas y que, al consultarlo con el ginecólogo me comentó que era normal y no pasaba nada si no dolían y no cogían ritmo.

La toma de la noche sigue siendo super cortita y es Alma de Papi el que la duerme en el carro y luego la deja en su camita nueva.

He de decir que noto menos la agitación del amamantamiento desde la semana 16 más o menos, pero como veis han sido 10 semanas un tanto extrañas en las que yo me frustraba conmigo misma por la rabia de que todo hubiese ido bien hasta el momento de quedarme embarazada. Pero bueno, veremos a ver qué aventuras nos depara esta lactancia de Pichí que continúa 27 meses después de su nacimiento.

¿Qué tal vuestra experiencia dando el pecho estando embarazadas? ¿Pudisteis hacer un destete respetuoso con vuestros peques?

EL PASO DE LA CUNA A LA CAMA

¡Pichí se nos hace mayor! Y es que entre que este es el año de los cambios (cama, pañal, cole) y que tenemos encargado al hermanito veo cada vez a mi niña de 27 meses hecha toda una grandota.

Como os digo, con esto del preñamiento del segundo (seguimos sin saber qué narices esconde entre sus piernecillas jeje), tenemos las alarmas preparadas para ir planteándole a Pichí poquito a poco los cambios que tienen que ir pasando. El primero por el que hemos optado es por el de pasarla de la cuna a la cama de su habitación.

La verdad que el cambio nos parecía bastante asequible porque su rutina de dormir consiste en tomar el pecho en la cama marital y una vez que se queda dormida la pasábamos a la cuna pegadita a mi lado. La mayoría de las noches o no se despierta o se despierta un par de veces durmiéndose normalmente rápido así que el cambio era ver qué tal se adaptaba al nuevo espacio de la cama y a si nosotros la oiríamos desde su habitación.

Mis miedos eran que con tooodo lo que se mueve se diese algún golpe contra el gotelé o que se cayese de la cama incluso. Por eso preparamos bien la camita y fuimos probando poco a poco. Pusimos una barandilla acolchadita, una almohada en la parte del cabecero y preparamos su super colcha de la Princesa Sofía. Ella nos ayudó a hacer la cama y enseguida se quiso meter dentro, pidió un cuento y tan contenta. Eso a las 7 de la tarde jajaja.

Y luego, para mi tranquilidad probamos una semanita a que sólo durmiese la siesta allí en la cama. Al ser un periodo de sueño más corto yo me quedaba más tranquila si veía que no se despertaba muy retorcida o no se caía de la cama. ¡Y fenomenal!

Pasada esa semana ya el viernes pasado decidimos que durmiese toda la noche en su cama. La verdad que pese a que ha tenido despertares solita en su habitación nos llama, la oímos (más Alma de Papi que yo, todo hay que decirlo que estoy con un insomnio que me tiene fundida) y, sobre todo, no se asusta y se duerme rápido.

La verdad que plantear los cambios cuando los nenes están preparados es lo más tranquilizador del mundo porque al final sale siempre bien. Yo me siento un poco rara al no tenerla en la misma habitación pero me alegra que poquito a poco vaya teniendo su independencia y la acepte tan bien. Ahora dejaremos pasar un tiempecillo e intentaremos seguir ayudándola a hacerse un poquito más mayor, ¡que nos quedan muchos retos todavía!

¿Qué tal se os dio el paso de la cuna a la cama de vuestros hijos? ¿Qué edad tenían cuando lo hicisteis? ¿Qué os resultó lo más difícil?

¿¿PEERDOONAAAA??: ANUNCIANDO EL EMBARAZO A LA SUEGRA

¡Qué bonito es anunciar buenas noticias! Todo son sonrisas y felicitaciones a nuestro alrededor, abrazos, incluso lágrimas… ¿o no?

¿Os ha pasado alguna vez que habéis anunciado algo importante para vosotros y el ambiente de pronto se ha tornado enrarecido, frío, congelado, y la tensión podía cortarse con un cuchillo? Pues eso nos ha pasado al anunciar el segundo embarazo a mis suegros. Y a alguna persona más de la familia, no os vayáis a creer.

Vaya por delante que mis suegros se portan bastante bien con nosotros y, sobre todo, adoran a Pichí. Aún así su visión particular sobre la vida, en este caso, con el momento de tener hijos, coincide bastante poco, mejor dicho, nada de nada con la nuestra. Pichí tiene casi 27 meses, yo tengo 30 años y no veo futuro estable en mi profesión tras 7 años trabajando. Por suerte, Alma de Papi tiene un trabajo fijo en el que le van subiendo el sueldo poco a poco cada año y nos permite vivir, sin grandes lujos, pero vivir, salir a cenar de vez en cuando, ir de vacaciones etc. Vamos, nos podemos dar con un canto en los dientes porque la mitad de mi generación sigue viviendo con sus padres. Bueno, pues mis suegros piensan que no puede uno tener hijos hasta que no gane 3000 euros cosa que para esta generación me temo que no va a pasar.

Así que cuando nosotros, ilusos e ilusionados, juntamos a mis cuñados con mis suegros (mis cuñados ya lo sabían porque se lo habíamos dicho un día antes) un silencio de este que te aplasta cubrió toda la habitación. Dejaron de establecer contacto ocular y yo sentía que el corazón se me iba a salir por la boca, qué mal rato. El momento fue cuando, Alma de Suegri rompió el silencio para decir: ¿PERO LO ESTABAIS BUSCANDO? ¿ES DESEADO?

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¿¿PEERDOONAAAA??

Dijimos que por supuesto. Aunque mi mente pensó : ¿Qué coño quieres que te responda a eso? ¿En serio te quedarías más tranquila si nos hubiésemos quedado embarazados sin querer, como si fuésemos adolescentes irresponsables?

Yo aluciné pepinillos, la verdad. Me frustra y me confunde no recibir ni si quiera un “felicidades” o un “¿y cómo lo estás llevando?”. Así es como reacciono yo cuando la gente me anuncia un embarazo, no sé, llamadme rara pero me parece lo normal. Y así estamos, preguntan poco, la verdad y nosotros hemos decidido no tocar el tema con ellos. A veces sus opiniones a mí me hacen bastante daño así que prefiero no saber lo que piensan.

Eso sí, ya he hablado con Alma de Papi que si hay un tercero no lo anunciaremos… dejaremos que lo vayan descubriendo según salga el barrigón jajaja. Ays, en fin… ¿cómo reaccionaron cuando anunciasteis vuestro embarazo? ¿Tuvisteis algún peerdoonaaaa como el nuestro?

SÍNTOMAS DE EMBARAZO ANTES DE LA FALTA

¡Lo que da de sí el tema del embarazo, madre mía! Cuando nos pusimos a buscar a la vuelta de verano el embarazo busqué y busqué entradas acerca de este tema. Son momentos en los que estás a pocos días de que venga la regla o de que tu vida cambie para siempre y se viven un poco pendientes de si hay algún cambio en nuestro cuerpo que podamos achacar a un embarazo.

Pues bien, en mi caso, con tres embarazos a mis espaldas (el de Pichí, el aborto bioquímico y éste en el que vamos ya por la semana 16) puedo decir que lo mejor es tener un poquitín de paciencia y esperar al retraso de la regla que eso sí o sí indica que está pasando algo.

Y es que, esos 15 días desde que se produce la ovulación hasta que no viene la regla en mis tres embarazos han resultado suuuper distintos. Y eso que yo ponía la mano en el fuego porque sabría si estaba embarazada antes de la falta (ja-ja). Cuando me quedé embarazada de Pichí, una semana antes de que me viniese la regla tuve un descontrol emocional que nunca me había pasado, le monté un pollo a Alma de Papi por un hecho algo grave pero según yo lloraba y le echaba la bronca sentía, yo misma, que estaba siendo super exagerada. Ahora sé que esa sensación de que tu cuerpo va por libre y tus emociones también se produce cuando las hormonas campan a sus anchas por el torrente sanguíneo, ¿os pasa a alguna más? En ese momento no lo supe ver, aunque tampoco supe ver el sangrado de implantación. Vamos, verlo sí lo vi, 6 días o así antes de que tuviese que tener la regla y pensé “ah, mira, genial, se me ha adelantado a ver si así no me toca para la boda,( ¿recordáis?) Luego cuando vi que había dejado de manchar esa misma tarde pues sí, mi cabeza pensó en el sangrado de implantación pero no sé, no le di más importancia, no lo puedo explicar mejor.

El caso es que, buscando ya el segundo embarazo, yo recordaba el dolor de pecho tremendo que tuve al principio pero no recordaba si había empezado antes o después de la falta. El caso es que en mi segundo embarazo no lo sentí ni tuve sangrado de implantación. Lo que sí tuve fue un sueño descomunal. Yo no soy de echarme siestas y cuando a una semana o así de que me tuviese que venir la regla me quede fritísima en el sofá de mi suegra me lo olí. La pena es que no acabó bien.

Y el colmo ya fue, con el tercero, este que estoy viviendo ahora que, como os dije, yo estaba suuuper convencida de que no estaba embarazada. Y es que no tuve ningún síntoma. Ni descontroles emocionales, ni sangrado de implantación ni dolor de pecho….HASTAAAA el mismo día que me tenía que venir la regla, que el dolor de pecho llegó… para quedarse… y llevamos casi 4 meses.

Así que podéis buscar listas y listas de posibles síntomas pero pufff, yo preferiría tratar de pasar esas semanas lo más entretenida posible y esperar con toda la paciencia que se pueda al retraso de la regla. Esa es la única señal objetiva de que algo está cambiando.

¿Tuvisteis síntomas antes de la falta? ¿Vuestro instinto os decía que estábais embarazada?