Hace un par de meses, el día que volvíamos de vacaciones en agosto, nos enteramos de que el padre de un amigo de Alma de Papi había fallecido. Por entonces, Pichí iba a cumplir 9 meses.
El caso es que cuando nos dijeron en qué sala del tanatorio estaban no lo dudamos, cogimos las cosas y para allá que nos fuimos los tres. El primer pensamiento fue que un bebé no debería pisar un tanatorio donde hay gente pasándolo mal, que a lo mejor se puede molestar o que podríamos recibir críticas por ir con un niño a un sitio así. La cosa es que mis suegros estaban de vacaciones y no podíamos dejar a la nena con nadie. A parte, es una familia que conocemos, que vivieron con mucha ilusión la llegada de la niña y decidimos arriesgarnos.
Cuando llegamos allí, me relajé porque vi que había algún niño más y más mayorcitos (de unos cinco años o así). Así que respiré tranquila y cuando hablé con ellos entendí que no lo vieron como una falta de respeto, ni mucho menos.
La verdad que la experiencia fue bastante buena. Yo estaba más pendiente de la niña para que Alma de Papi estuviese con su amigo. La presencia de la niña hizo que la viuda y los hijos sacasen varias sonrisas que me imagino que algo les evadirían de su dolor tan inmenso.
Y es que mi experiencia en tanatorios no es que sea muy extensa (gracias a Dios), pero lo que sí he vivido en mis carnes es que lo que más ayuda en esos momentos es distraerte un poco, hablar de otras cosas, charlar con la gente y no perderte en los pensamientos negativos y la pena que tienes por dentro (por lo menos un ratito, porque sino llega un momento que te hundes y no sales). Yo, personalmente, no me ofendería si la gente viniese con niños. Aún así, cuando lo comentamos con otra gente, alguno se sorprendió de que nos hubiésemos llevado a Pichí.
No sé cómo lo haremos cuando Pichí sea más mayor o cuando muera alguien muy muy cercano a la familia. Hay gente que no quiere apartar a los niños de esas situaciones y que estén en el tanatorio tengan la edad que tengan y otros que prefieren no involucrar a los niños en esos temas (como mi padre, que cuando murió mi abuelo y yo debía tener como 8 años o así me dejaron en casa de una vecina). No tengo muy claro qué es mejor y qué peor. Yo creo que optaría por llevármela porque para mi gusto creas un tabú dejando a la niña en casa, pero cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él.
¿Cómo lo hacéis vosotras? ¿Sois partidarias de llevaros a los niños al tanatorio