Últimamente recuerdo mucho mi embarazo, mi parto y mi postparto, váyase usted a saber por qué. El caso es que, además, con un par de primas a las que le queda un suspiro para dar a luz una a su primera hija y otro a su segundo hijo recuerdo mis días en el hospital y los primeros días en casita. Recuerdo ver las fotos de esta prima que ya tiene un niño, en las semanas posteriores al nacimiento de su primer bebé y creí morir… ¡la pobre! ¡Qué cara, qué ojeras! Por no hablar de lo nerviosa que estaba todo el día, lo desbordada que estaba y lo bien que le vino volver al trabajo a las 16 semanitas de parir (palabras textuales suyas).
Es cierto que mi prima y yo somos muy distintas, que yo siempre he tenido claro que quería ser madre y ella es de las de “tener hijos porque toca” de lo que ya hablaré otro día. Y es que el embarazo es difícil, parir es difícil, el post parto es difícil y la crianza es difícil y si encima es algo que haces simplemente porque es lo que se espera de ti, apaga y vámonos.
Pero bueno, a lo que voy. A mí el post parto me daba bastante miedo. Reconozco que a partir de la semana 15 dejé de ver vídeos de partos y traté de no pensar pero la sombra de una depresión postparto me planeaba mucho la cabeza porque yo soy de tendencia tristona. Y me daba mucho miedo pensar en lo que dicen muchas mujeres que lo pasan que tú estás triste y nadie te entiende porque se supone que tienes que estar feliz, el agobiarme y perder la paciencia con el bebé, que la gente me presionase…
Es cierto que cuando pasas de tener “algo en la barriga” a ver a tu bebé ahí llorando, encima de ti, con sus manos, sus pies, su cara… es raro. Y es que es un cambio muy brusco. Ale, ahí tienes una persona que depende de ti las 24 horas del día, de golpe, sin libros de instrucciones. La primera noche yo no tenía ni sueño y eso que llevaba desde las 4 de la mañana que rompí aguas en danza. Estaba activada, bastante tranquila y contenta porque el parto se había dado bastante bien. Yo pensaba “madre mía cuando me llegue el bajón”.
Y llegó, pero llegó raro. La primera tarde en casa estuvimos acompañados de familia pero al día siguiente, recuerdo tener cogida a la niña en brazos, poner musiquita de fondo y bailar con ella y llorar… llorar como un grifo abierto de felicidad. Y así estuve varios días. Me la quedaba mirando embobada en la cuna, mamando o en brazos y era incapaz de controlar las lágrimas y como una presión en el pecho pero de felicidad eso sí. Nunca pensé que me pasaría eso.
Momentos de agobio también hubo, por supuesto. Y eso que fuimos previsores y dejamos comida congelada y contamos con las cocinitas de AlmadeSuegri y de mi Madrina. Pero a mí fue el tema lavadora el que me sobrepasó. Qué gritos le pegué al pobre Alma de Papi el tercer día o así de estar en casa: ¡que mira cuánta ropa, que se sale del cubo, que no se va a secar porque es noviembre! En fin…
Otra de las cosas que me sorprendió fue la cantidad de veces que se me repetía en mi cabeza el parto. Me tumbaba en la cama por la noche y revivía en mi cabeza las escenas claves, algo tipo estrés post-traumático pero en plan bien porque las emociones eran muy positivas. Me imagino que será normal y ahora pienso en todas las mujeres que guardan un mal recuerdo de sus partos lo duro que tiene que ser que se te repitan imágenes y sentimientos desagradables.
El maravilloso mundo del post-party jejeje. A mí me sorprendió y eso que como no tuve mayores complicaciones debió de ser bastante «light» aunque sí que da la sensación de que se nos va un poco la olla (como con el tema de las obsesiones en el embarazo, ¿recordáis?).
¡¡Contadme, contadme!! ¿Qué tal vuestras emociones en el post parto? ¿Notasteis que se os fuese mucho la olla?
Me encanta la entrada, creo que has conseguido expresar lo que sentimos muchas mujeres. Esa mezcla de sentimientos encontrados que a veces es un poco difícil de digerir, sin embargo, de todo ello me quedo con esas lágrimas de felicidad con las que yo también me encontré al mirar a mi hija. Un abrazo guapa
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Muchas gracias!! Es importante hacer ver que len os postpartos por muy buenos que sean somos un poco bombas de relojería de hormonas y que no pasa nada, es lo normal! Eso ayuda a que cuando nos pase estemos preparados y le demos la importancia justa. Creo que se me quedará siempre grabada esa sensación de ser FELIZ en mayúsculas 🙂 Un besote!!
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El postparto de la Pequeña fue muy bueno y no guardo ningún recuerdo triste o desagradable (más allá de alguna disputa familiar, mayormente con mi madre). En cambio el de la Mayor fue de aúpa. Yo estaba destrozada físicamente, débil y con mucho dolor por la bestial episotomia que me habían zascado sin informarme y durante las dos primeras semanas lo pasé fatal. Recuerdo haber llorado varias veces, de cansancio, de dolor, de pura desesperación… Recuerdo sentirme muy sola y totalmente incomprendida, hasta un poco tonta. Mi familia y mis amigos me miraban y decían, «pero si estás bien, si la niña está bien, ¿qué problema hay?». Al final lo dejé pasar. Me concentré en mi hija, en superar el día a día y, puesto que nadie me prestaba su hombro para llorar, dejé de hacerlo. Son unos recuerdos muy amargos, la verdad…
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Es una época tan vital que se nos queda grabado para toda la vida, tanto lo bueno como lo malo. Estamos tan pendientes de un hilo y es todo tanta incertidumbre que cualquier cosa nos desequilibra y se pasa fatal… y ya te digo, yo creo que el mio fue bastante decente porque apenas tuve dolor y no había problemas en general. La sensación esa de que el resto del mundo no te comprenda a mí me aterraba y lo peor es q con la incomprensión te hacen sentir peor. Ahí se vio que eres una mujer super fuerte y menos mal que con el postparto de la Pequeña ya te pilló con tablas!! Un besote!!
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Ufff miedo me da ….. sobre todo sentir que todo te sobrepasa, te sientes triste y adolorida….todavía no se como sera mi postparto, espero que bien😏
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Seguro que te va bien y si ves que te sientes tristona y sobrepasada piensa q es lo mas normal del mundo, q es el cambio más grande de nuestras vidas!! Muuucho ánimo, q es una etapa difícil pero preciosa!! 🙂
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Yo no soy de lágrima fácil, pero desde antes de dar a luz hasta varios meses depués del parto lloraba por cualquier tontería… A veces por pura impotencia por no poder descansar.
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Lo del descanso los primeros meses es un horror, a mí hasta se me soltaba la tripa de no dormir :S Y tan cansada es imposible afrontar el día a dia y el cuidado del bebe con un minimo de humor… menos mal que es poquito tiempo y poquito a poco todo se estabiliza! Un besote!
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Mi postparto en plan montaña rusa, estaba muy contenta pero esa mezcla de sentimientos que explicas y lo mal que me encontraba fisicamente me hacia llorar bastante…el recuerdo que tengo es deque fue duro fisicamente y en una nube de sentimientos…
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Lo de llorar de impotencia o de felicidad al final nos pasa a todas, menos mal, con lo que descargamos así jejeje Yo físicamente estaba fenomenal pero me imagino que con dolores y débil aguantar el ritmo de un recien nacido tiene que ser durísimo. Menosl mal que acaba pasando!! Un besote!
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Bufff… A mi es que el postparto lo llevé francamente mal. Un mes antes de nacer el Nano, murió mi mami. Así que ya te puedes imaginar… Llorando todo el día y no soltaba al Nano ni para atrás. Además estaba todo el día sola (don esposín trabajaba hasta tarde, mi hermana se fue a Sevilla, mi padre con su familia, familiares de Papi que no querían ser molestadas …) Pero menos mal que me armé de valor y tiré para adelante, por mi peque. Así que duró como mucho 3 meses. 😉
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Madre mía, no sabía que te había pasado eso, no me quiero ni imaginar cómo lo pasaste :(, lo siento un montón. Es super importante que la gente que tenemos alrededor recién paridas nos ayuden en lo que puedan callándose sus juicios y sus consejos no pedidos… es tan importante poder contar con un buen apoyo. Olé tú, sacando fuerzas de donde no se tienen para cuidar del Nano cuando todo era tan dificil a tu alrededor. Si es que las mamás estamos hechas de otra pasta!!! Un besote enorme, guapa!! 🙂
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Gracias, preciosa! La verdad, no se lo deseo ni a mi más odiada enemiga. Se pasa muy, muy mal. Y lo que dices tú: es que las mamis somos de otro planeta, somos superheroinas! 😉
Otro besazo para ti!! (a ver si me pongo al día con tus posts que me perdí! 🙂 )
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Son las hormonas que nos vuelven tarumba, jajaja. El mío también fue raro, mucha mala hostia por todo, creo que es lo que mejor lo define, todo lo que no fuese mi bebé me irritaba, solo estaba contenta cuando le miraba a él … Pero no lo recuerdo muy muy malo, sino como algo que es obligatorio pasar y punto.
Con Enzo todo divino!!! Feliz como una perdiz
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Yo de mala leche no, pero estresada por tonterías (o lo q ahora veo como tonterías, en aquel momento eran un mundo para mí) si… en fin, como dices, las hormonas sacan lo peor de nosotras jajaja Por loq veo el postparto con los segundos se suele dar mucho mejor jaja que alegría me dais!! Un besote!!
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Me encanta como lo defines, el mio fue horrible primero porque contaba con que mi madre este conmigo a la hora del parto,segundo que pase 3 semanas sin apenas moverme por el barullo que me prepararon con la episotomia por lo que no pude disfrutar del todo de mi pequeña y creo que eso desencadenó una terrible e insoportable mala HOSTIA al pobre marido mio lo agote de tantos gritos, de tantas lágrimas, de tantas peleas y paso mucho tiempo hasta que las hormonas me permitieron volver a ver en mi marido a ese hombre que me enamoró desde que lo vi…en fin que si vuelvo a pasar por otro post parto espero estar preparada para no volver a pasar por lo mismo……un besote y gracias por compartir tu experiencia
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Si ya tenemos un baile emocional y hormonal el dolor y el malestar físico obviamente no ayudan nada y a mi también se me hubiese caído el mundo encima. Pobrecitas las parejas, madre mia, lo q nos tienen q aguantar pero bueno, esto es cosa de dos y en estos casos a ellos les toca mimarnos y tener mucha paciencia! Gracias a ti por compartir también tu experiencia!! Un besote!!
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Exacto PACIENCIA que si no es con ello con quien nos vamos a descargar jejejjeje besitos guapa
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