Todo empieza cuando, a las 23:30 ya en la cama dándole el pecho a Pichí calculo que se dormirá pronto y yo podré acostarme a eso de las 12 o 12 y algo. Supongo que se dormirá pronto porque han tenido a bien llamar al teléfono fijo de cada a las 5 de la tarde y la han despertado a media siesta (miento, ha dormido 45 minutos cuando suele dormir casi dos horas). Con lo que me quita a mi el sueño su sueño diurno. Pero bueno, supongo que estará cansada.
¡Bueeeno! Parece que le ha costado un poquito pero son las 12 menos 5 y la dejo en la cuna y no se despierta, ¡yuju! Me vengo arriba, quizá pueda hasta invertir 20 minutitos en el ordenador… ays, no… que hay que fregar la cocina, que después de un puente de 3 días está cochina, cochina…
Venga, friego, rapidito, son las 12 y cinco. ¡Qué suerte, 15 minutitos de ordenador!
12:15. Alma de Papi tira de la cadena del baño. Pichí llora. Ale, vamos pa´allá. Teta. 10 minutos y se queda sopa.
12:30. Apago el ordenador deprisa y corriendo y de puntillas, casi volando sobre el suelo de casa llego a la habitación sin hacer ruido. Me tumbo en la cama. Aaaaah, que gustito… A ver si me duermo rápido. Alma de Papi enciende la ducha. Pichí se despierta. Teta otra vez. Esta vez tarda casi 20 minutos en dormirse.
1:00 ¡Por fin! ¡Durmamos que es gerundio!!
6:00 Despertador de Alma de Papi que de paso me despierta a Pichí también. ¡¡Alegría!!… Como sé que a esas horas después de tomar el pecho se despierta al echarla en la cuna preparo la camita para practicar este colecho madrugador. Pichí se mueve mucho, se destapa, hace el pino con la teta en la boca… no parece que se vaya a dormir. “¿Quieres de la otra teta?” pregunto con el hilo de voz de las 6 de la mañana. “mm” me dice la niña que sí con la cabeza. Cambio de lado. Venga, a ver si es que se ha quedado con hambre.
6:45 Parece que se mueve menos. A ver si hay suerte y nos dormimos. Jo, y con suerte se despierta pasadas las 10 y a lo mejor hasta descanso, ¡qué lujo!.Bajo la guardia y me quedo medio grogui…
6:55 (Sí, sólo han pasado 10 minutos) Me despierta un codo de bebé clavándose en mi tráquea. No es un despertar agradable, os lo aseguro. Ahí ya me enfado. ¡Venga, hija, hay que dormir! Pero veo que no. Me la llevo al carrito. “Wish you were here” de Pink Floyd suena en Youtube y trato de concentrarme en la música para no enfadarme más porque llevo una hora danzando, porque me duele la tráquea, porque tengo frío, porque muevo el carro y levanta más aire y tengo más frío, porque me asomo al carrito y ahí está, la niña mirándomeeeee con los ojos como platossssss….
7:10 Teta en la cama.
7:15 Increpo a Alma de Papi por hacer ruido, por no ayudar, por tener que apañarme yo sola. Él se va a currar. Encima te quedas con mal cuerpo por la discusión.
7:25 Pink Floyd en el carro.
7:40 Me llevan los demonios. Decido meterme en la cama y le digo a Pichí “yo me voy a dormir, tú misma”. Ella lo intenta, se echa sobre la almohada, parece que se va a quedar dormida pero al rato se levanta. Yo le repito “ a dormir, Pichí”. Me trepa, me araña la barriga porque no le hemos cortado las uñas, me pellizca mientras mama…
7:55 “ A dormir” le ruego de nuevo. Se apoya en la almohada. Contengo la respiración. Tiene los ojitos cerrados. Pasa un tiempo prudencial y, efectivamente, dos horas después, Pichí ha caído frita. Las lágrimas me resbalan por las mejillas. Y lo peor es que aún me cuesta dormirme, porque claro, dos horas desvelada son muchas horas…
¿Habéis tenido alguna vez una mala noche?